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La leyenda del automovilismo colombiano, Juan Pablo Montoya regresó este domingo a las pistas de la Nascar, máxima categoría de la velocidad estadounidense, tras una década de ausencia y a pesar de haber llegado ya a los 48 años.

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El veterano corredor hizo parte de la Watkins Glen International en los playoffs, en el circuito ubicado en Schuyler, Nueva York.

Montoya, que se había enfocado principalmente en las pruebas de resistencia al volante, volvió a mostrar sus dotes de corredor veloz y hábil sobre la pista compitiendo con la escudería 23XI Racin que le puso en la cabina del Ford No. 50 patrocinado por la marca de lubricante Mobil 1 por la celebración de su aniversario cincuenta, del que fuera un apoyo importante del bogotano durante su carrera.

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“Es un honor celebrar el notable legado del equipo Mobil 1 en las carreras y ser reconocido por mis contribuciones al automovilismo. Fue uno de mis primeros patrocinadores cuando comencé a competir, por lo que representar a la marca nuevamente mientras celebran este hito será muy especial”, comentó.

“También estoy emocionado de trabajar con 23XI y experimentar lo que el equipo está construyendo”, dijo Montoya en la previa de la competencia.

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Juan Pablo salió del puesto 34 de 38 posibles y cruzó la bandera a cuadros en el puesto 32, perdiendo una vuelta con el ganador de la prueba el estadounidense Chris Buescher en el Ford No. 17 del equipo RFK Racin.

Pese al puesto final, hubo un momento de la competencia donde el colombiano llegó a estar en el Top-10 de la carrera, en el noveno lugar, sin embargo fue perdiendo puestos en la segunda parte de la carrera y perdió un giro mientras hacía la para en pits.

Montoya, que destacó en la Fórmula Uno y  la IndyCar ganando varios títulos y carreras, es reconocido como el mejor piloto de la historia del país, aunque siempre polémico por sus posturas y forma de ser dentro y fuera de las pistas.