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No hubo final feliz para ninguno. En medio de discusiones, empujones, gritos y una enorme polémica, terminó el partido que Orsomarso y Llaneros FC empataron 1-1, el martes pasado en el estadio Francisco Rivera Escobar, de Palmira (Valle), en la jornada 12 de la Primera B.

La controversia se desató con las expulsiones del entrenador Stiven Sánchez, al minuto 60, y el volante Deyson Copete, al 67. El árbitro Sergio Galvis mostró ambas tarjetas rojas de forma sorpresiva, y después, aparentemente, de agresiones verbales al asistente uno, Elkin Lidueñez, en el caso del técnico, y contra un rival, en lo que respecta al mediocampista.

En todo caso, generaron gran molestia en el conjunto anfitrión, que a esa altura del compromiso ganaba 1-0 con gol del bolivarense Sebastián Girado, a los 28 minutos de juego.

Luego se presenta el empate de Andrés Cadavid, en el minuto 88, en una jugada que los hombres de Orsomarso reclaman como mano. Consideraron que el defensor metió el gol con una de sus extremidades superiores y no con el pecho. Sin embargo, el réferi Sergio Galvis validó la anotación.

El ambiente era tenso y conflictivo por todas esas situaciones, pero la chispa que detonó el problema grande surgió en una acción de saque de banda en la que Juan Nieva, jugador de Llaneros, fue a buscar el balón que salía del campo hacia la zona técnica de Orsomarso. En su camino por la pelota para cobrar rápido el saque de banda, tropezó un poco, a propósito, a uno de los asistentes técnicos, que intentó, en respuesta a la agresión inicial, meterle una zancadilla al futbolista.

Juan Nieva agrede al asistente técnico de Orsomarso.

Sin embargo, no logró su cometido del todo. El que sí cobró venganza fue Girado, que ya había sido sustituido por lesión, y le propinó un fuerte empujón en la espalda a Nieva cuando se disponía a sacar de banda.

Ese choque entre Girado y Nieva alteró los ánimos de ambas partes y comenzaron los dimes y diretes, los gritos, los empujones, los forcejeos y los reclamos airados a los árbitros por todo lo sucedido.

Y en medio de ese lío, Copete entró corriendo a la cancha en busca del juez central, como con intenciones de agredirlo, pero alcanzó a ser contenido por sus compañeros.

Un miembro del cuerpo técnico, al parecer Stiven Sánchez (que había sido expulsado), también estaba salido de la ropa y discutía con los integrantes de Llaneros y caminaba hacia los jueces queriendo protestar.

Los encargados de impartir justicia, Sergio Galvis (central), Elkin Lidueñez (asistente 1), Kevin Santos (asistente 2) y Kevin Rosero (cuarto juez), no reanudaron el juego en medio del caos que se armó. Incluso una persona ajena al espectáculo ingresó al campo y correteó a uno de los miembros del cuerpo arbitral.

La dirigencia de Llaneros anunció que demandará el partido “por falta de garantías” para quedarse con los tres puntos.