El próximo fin de semana se inicia la Liga del fútbol colombiano 2025. A ocho días de ese comienzo el Junior está ultimando detalles futbolísticos y gestionando alguna contratación que termine de darle mayor fuerza a la nómina. Seguramente, y después de la fallida contratación de James Rodríguez, la búsqueda estará enfocada en un mediocampista de perfil ofensivo, que sea capaz de generar acciones de ataque con más calidad y continuidad. Alguien que con su talento cohesione y aumente el nivel colectivo. Entre tanto, ha incorporado algunos futbolistas en otras posiciones. ¿Quiénes son?
Cuenú, un defensa central de mucho vigor físico, que suele imponer su estatura y corpulencia en el juego aéreo en el área propia y en la del rival. Sus intervenciones vienen acompañadas de una agresiva e intimidante actitud. No se apoya en una depurada técnica, sino en la vehemencia física.
Rivera, también defensa central, se lleva bien con el balón, tiene una técnica más acentuada. Sabe salir jugando desde atrás con buen criterio. Buen juego aéreo y de rápidos desplazamientos. Como siempre, cuando se trata de jugadores que pasan de altura a nivel del mar, de un equipo recién ascendido a uno histórico, la expectativa es cómo se adapta al clima, a la exigencia de objetivos mayores, en cuánto tiempo se verá su mejor versión.
Rivera, el mediocampista. Para definirlo de la forma más futbolera: es un número ocho. Nomenclatura que quiere decir que es un volante mixto, que presta su voluntad para el esfuerzo en la recuperación y luego aporta su dinámica y buena técnica para el pase en la fase de ataque. En el buen momento de América el año pasado, le agregó más visitas a predios del rival, aterrizajes dentro del área y varios remates con fuerza y precisión fuera de esta. Al final, con la desmejora de América, él también decreció.
De los paraguayos Báez y Paiva, las dos incorporaciones del exterior, apenas tengo referencias de sus estilos. Prefiero observar sus comportamientos aquí para tener una semblanza más confiable.