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Se fue un coloso del arbitraje colombiano. Edgardo Schemel Salvat cerró sus ojos al mundo a los 87 años de edad, después de forjar una imagen con respeto y admiración por su excelente labor arbitral en el béisbol, el sóftbol y el boxeo.

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El barranquillero, que también fue un exitoso lanzador del Willard de Barranquilla hasta los 26 años de edad, cuando sufrió una grave lesión, marcó la carrera de muchas personas que le siguieron los pasos en el mundo de los réferis y dejó una estela de autoridad e integridad entre los deportistas y dirigentes.

“Indudablemente que fue un gran referente del arbitraje colombiano. Así como ‘el Pibe’ Valderrama es símbolo de nuestro fútbol y Édgar Rentería de nuestro béisbol, Schemel es el símbolo del arbitraje en el sóftbol, béisbol y boxeo en Colombia”, consideró William Vargas Lleras, periodista que trabajó por largos años en EL HERALDO y que conoció ampliamente la carrera de Schemel Salvat, miembro del Salón de la Fama del Sóftbol desde 2005.

“Era una persona muy preparada, estudiada (en una escuela de árbitros de Estados Unidos), se codeó con mucha gente. Compartió amistad con figuras del arbitraje mundial en torneos internacionales. Su contextura, era un tipo alto y grueso, le daba presencia. Lo respetaban mucho. Pocas veces vi que alguien le formara relajo en el ‘home’ por una bola o un strike. Nunca escuché a un mánager o un pelotero hablando que era deshonesto o algo malo, ¡jamás! Había respeto absoluto por él”, agregó Vargas Lleras.

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El estadio de sóftbol y de béisbol menor que se ubica en el Parque Bosques del Norte lleva su nombre. Así mismo la Asociación de Umpires del Atlántico, donde la gran mayoría de sus integrantes son pupilos de él.

“Edgardo fue un mentor en todos los ámbitos de su vida, personal y profesional. Todo lo que nos enseñó fue fundamental para nuestro crecimiento”, expresó Maikol Tibadijo, quien dirige la asociación y se desempeña como umpire en la Liga Profesional de Béisbol Colombiano.

“Fue quien me dio la oportunidad de debutar. Le pusimos su nombre a la asociación para darle tributo por todas las cosas buenas que nos transmitió”, explicó.

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Tibadijo recuerda cada una de las lecciones que le brindó Schemel para desenvolverse como umpire, pero en especial un par de recomendaciones.

“Siempre estaba muy pendiente de nuestro lenguaje corporal y la presentación personal. Decía, espontáneamente, así como hablaba él: ‘cuando un árbitro tiene buen lenguaje y presentación, el respeto es mayor. Ustedes la pueden cagar en una jugada, pero si el lenguaje corporal es adecuado, pocas veces van a recibir reclamos de los coachs’. También decía que al momento de explicar una decisión lo hiciéramos con total seguridad”.

Logo de la Asociación de Umpires del Atlántico ‘Edgardo Schemel’.

Hizo tanto nombre en su rol que muchos niños y jóvenes de la época prefirieron ser umpires que peloteros, según William Vargas Lleras. “Hay varios en el arbitraje de ahora gracias a él. ‘Yo voy a ser árbitro como Schemel’, decían. José Morelos (ex presidente de la Liga de Béisbol del Atlántico), que conocía el reglamento de béisbol al dedillo, lo respetaba y lo admiraba. Morelos decía: ‘es la mejor referencia de seriedad y pulcritud’”.

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Schemel se desempeñó como jefe de umpires de la Liga Profesional de Béisbol Colombiano durante los años que estuvo organizada por el Team Rentería (1999-2017). En ese período compartió bastante con Édinson Rentería, que también lo conoció como réferi en sus momentos de pelotero.

“Lo tuve de umpire como amateur y a nivel profesional. Tenía autoridad, era totalmente respetado”, rememoró el hermano mayor de Édgar Rentería, el mejor beisbolista de la historia de Colombia.

Schemel era una persona muy apasionada por el béisbol, le gustaba demasiado. Era bien organizado administrativamente. Lo vi trabajar en el campo y en la oficina. Cuando uno ve un umpire con autoridad, lo respeta, tenía mucha autoridad, hablaba los dos idiomas (español e inglés). Tenía todos los requisitos para cumplir su función. Creo que no lo supimos valorar más, tremenda capacidad intelectual tenía”, comentó Rentería.

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Angelillo Benítez, otro periodista deportivo de la ciudad, recuerda con mucha gratitud a su amigo Edgardo Schemel. “Hablar de Schemel es hablar de muchas cosas. Tuve la dicha de verlo como lanzador, se disputaba con Rubén Castro el ser el primer lanzador de pelota rápida de Colombia. Fue lanzador de Aerocondor. Tenía la particularidad de golpearse la pierna cuando lanzaba. Fundó el Colegio de Árbitros de Sóftbol en los 70. Siempre polémico y al pie de la jugada. Le tenían confianza, no era localista ni nada. Estuvimos en muchos campeonatos nacionales. Solo a mí me aceptaba que le dijera Popeye”.

Jimmy Char, ex presidente de la Federación Colombiana de Béisbol y actual general manager de la selección que disputará el clasificatorio al Clásico Mundial, contó que fue compañero de Schemel en un combinado de sóftbol.

“Fue el mejor umpire que tuvimos en mis años de jugador de béisbol. Su legado es enorme en las distintas facetas deportivas en las que participó. Se destacó como jugador de sóftball , umpire de béisbol y árbitro de boxeo. En la formación de lanzadores de sóftbol de bola rápida y en la escuela de umpires de béisbol y jueces de boxeo. Afortunadamente fue homenajeado en vida con el nombramiento del estadio de sóftbol ‘Edgardo Schemel’ y, por su gran trayectoria, se encuentra en el Salón de la Fama del Sóftbol”.