Ahora se ríe y lo cuenta jocosamente, sin rencores ni resentimientos. Hace algunos años, cuando escuchaba los murmullos que lo acusaban de loco por madrugar con su hijo para practicar fildeo y bateo, no era agradable.
Pero el tiempo y los Yankees de Nueva York le han dado la razón a Rafael Orozco Díaz. Su hijo, Emmanuel Orozco Villa, el motivo por el cual llegaba primero que el sol al campo de béisbol del barrio La Victoria, será firmado, hoy, a partir de las 9 a. m., en la Notaría Quinta, por nada más y nada menos que el equipo más prestigioso, ganador y popular de la Major League Baseball (MLB).
El shortstop barranquillero, que el próximo 27 de julio llegará a 17 calendarios, se convertirá en un ’yankee’ y pasará a competir en la Summer League, en República Dominicana, una de las competencias en las que los prospectos de las organizaciones de Grandes Ligas dan sus primeros pasos ya dentro del proceso de desarrollo y ascenso del mejor béisbol del mundo.
“Nos tildaban de locos porque Gustavo Solano, padre de Sebastián Solano, otro muchacho que ya tiene un preacuerdo para firmar con Nacionales de Washington, y yo nos levantábamos tempranito para llevar a los pelaos a entrenar con Javier ‘el Flaco’ Tapia. Decían: ‘esos ‘manes’ están locos, nadie los va a firmar’”, recuerda el hombre con nombre y apellidos de célebres artistas de música vallenata.
La ‘locura’ significó un bono por una suma en dólares. No era demencia, era pasión, fe en el talento, amor de padre, esfuerzo, lucha, sacrificio.
“¡Nojoda!”, exclama Rafael repasando todo lo que ha representado este proceso para él, un trabajador independiente como perito en temas catastrales; para su esposa, Yelis Villa Silva, una ingeniera de sistemas empleada, y, por supuesto, para su hijo, que tuvo que terminar el bachillerato de manera virtual, desde octavo grado, para poder dedicarse de lleno a la pelota caliente.
“Esto es un sacrificio bonito, no es fácil. Yo creo que los padres tenemos un 50 % en esto. El respaldo es fundamental. Acá hay carencia de equipos, de implementos, de escenarios, de Liga, hay muchos inconvenientes. Nos tocó llevárnoslo a jugar a la Liga de Bolívar (con los equipos Comfenalco y Pelota Caliente), ponerle un ‘trainer’, un preparador físico, estar pendiente de la nutrición, de todo. He sido juicioso en el proceso de mi hijo. No ha sido fácil”, insiste.

CON ESTIRPE BEISBOLERA
La alegría, orgullo y satisfacción que Emmanuel y sus progenitores sienten ahora comenzó a forjarse desde que era un bebé. Cuando abrió sus ojos al mundo vio manillas, bates y toda clase de trofeos beisboleros de su abuelo materno, el repelonero César Villa Sarmiento, recordado pelotero de la década del 70, varias veces campeón nacional con Atlántico y jugador de equipos como Terminal y Olímpica.
Don César, que también se desempeñaba como campocorto, después del retiro se mantuvo jugando softbol en el barrio Hipódromo, de Soledad, y hasta allá llevaba a su nieto para que se fuera familiarizando con los strikes, ponches, roletazos, elevados, carreras, jonrones y todas las jugadas.
“Una vez, con solo cinco años, acompañando al abuelo a un partido de softbol, agarró un bate y se puso en la caja de bateo a batear a la zurda. Todo el mundo empezó a decirle a mi suegro: ajo, batea a la zurda””.
Con el adn beisbolero de su abuelo y del barrio La Victoria, donde nació y creció, Emmanuel empezó su proceso de formación, que lo hizo pasar por las manos de Docty Jiménez y Juan Ariza; por el Team Rentería, donde lo dirigieron Fabián Pertuz, Jaime Del Valle, Jaime Amaris y Éver Rentería; el Club Once de Noviembre, con Luis ‘el Mello’ Sierra y Ericka Crisson, por todas las selecciones Atlántico desde la categoría sub-8 y por el Team Amigos, un equipo que conformó su padre con el apoyo de otras personas y la orientación peloteril de don César.
En Team Amigos, que después pasó a llamarse Team Potros, compartió con otros beisbolistas que han sido firmados por organizaciones de Grandes Ligas como el pitcher barranquillero David Burgos, de Los Dodgers de Los Ángeles; y el receptor colombo-venezolano Luis Puello, de los Yankees de Nueva York.
Con esa escuadra se coronaron campeones de los principales torneos de béisbol aficionado del país y fueron fortaleciendo y fogueando el talento natural que tenían para este deporte.
Emmanuel juega en cualquier posición del infield, como lo hacía don César, pero ‘el Mello’ Sierra, quien lo tuvo en Once de Noviembre y le ha hecho seguimiento a su carrera en su rol como scout de los Yankees, dice, según Rafael Orozco Díaz: “Es la versión mejorada del abuelo”.
“Es ambidextro para batear. Es un bateador de contacto, y corre muy bien las bases. Defensivamente es bastante bueno, fue lo que más impactó para que lo firmaran. Tiene buen brazo”, aseguró Orozco Díaz.
En Repelón, municipio atlanticense con tradición beisbolera, saben que es el nieto de César Villa Sarmiento, y cada vez que jugaba, mucha gente asistía al estadio. A sus 77 años, don César sigue tratando de acompañar a su descendiente y le brinda consejos. “Le dice que no se desespere tanto en el bateo, que sepa leer los roletazos en el campo corto”, cuenta Rafael.

EL MOMENTO ESPERADO
La familia de Emmanuel tiene sangre beisbolera y siempre ha estado apoyándolo con todo. Las gargantas de su mamá y su abuela materna retumbaban en todos los campos donde él jugaba. Se desgañitaban alentándolo y atormentando a los rivales y los réferis.
“A mi esposa la conocían por la bulla que armaba en el estadio (risas)”, cuenta Rafael. “A mi suegra también. Volvía locos a los umpires”.
Emmanuel a veces se molestaba, y desde el campo le hacía gestos a su madre y le expresaba: “Ya cálmate”.
A los 14 años de edad, cuando definitivamente les dijo a sus papás que quería ser beisbolista profesional, en el afán de respaldarlo y fomentar un progreso en su proceso, se lo llevaron a la Academia IDC, de Cartagena, que es dirigida por Arnold Barrios, el agente que lo representa actualmente y quien acordó la firma.
“Cuando los scouts me decían, Emmanuel tiene el talento y el potencial, tienes que reforzarle esto y lo otro, empezamos a pensar que podía dedicarse al béisbol. Cuando ya él nos dice que esto es lo que quiere, a partir de ahí hicimos clic, lo pusimos en la Academia de ‘Pirringo’ Linero y todo lo enfocamos en eso. Después se fue con Arnold y se dio el arreglo con los Yankees”.
El acuerdo con la encopetada organización de Nueva York se presentó el 28 de abril del año pasado, hace casi un año, en un showcase en Medellín, donde un grupo de venezolanos vienen haciendo, desde hace un largo tiempo, este tipo de exhibiciones con peloteros de diversos países. Acuden muchísimos cazatalentos y representantes de más alto rango de los equipos de Grandes Ligas.
Arnold Barrios se lo llevó para la capital de Antioquia y los Yankees, que le venían haciendo seguimiento con sus veedores en Colombia, Sierra y Álvaro Noriega (otro barranquillero que fue firmado por los ’Mulos del Bronx’ en el pasado), determinaron incorporarlo.

Cardenales de San Luis y Cerveceros de Milwaukee también mostraron mucho interés en Emmanuel, pero el team neoyorquino salió airoso. “Yankees es Yankees, es el Real Madrid del béisbol”, presume su padre sin arrogancia.
Arnold Barrios dio la noticia a Emmanuel y a Rafael, que no pudo viajar a territorio paisa y andaba caminando como león enjaulado en su casa.
“Estaba muy inquieto, de un lado al otro, cuando me llama Arnold y me dice: ‘ajá, viejo Rafa, ¿cómo estamos? Bueno, te comento, no te vayas a ir para atrás, ya tu hijo es un ‘Yankee’‘. Grité y lloré de la emoción. Me pasa a Emmanuel y él también estaba llorando. Ufff… llamé a la mamá, al abuelo, a todo el mundo. Todos emocionados, mejor dicho”.
Emmanuel, que también tiene un preacuerdo firmado con Caimanes de Barranquilla para cuando vaya a jugar la Liga Profesional de Colombia, llegó anoche de Cartagena y estampará hoy su firma en un contrato notariado y se volverá oficialmente un ‘yankee’.