Compartir:

En el largo trajinar periodístico en este solo periódico (y valga la redundancia) en el cual llevamos 36 años, jeme a jeme y cuarta a cuarta, como tantas veces hemos tecleado, nunca o casi nunca incorporamos a esta sección deportiva un hecho que no hayamos presenciado o no tengamos referencias de primera mano. De ahí que nuestros lectores no puedan decir que somos rectificados, como si lo dicen de otros articulistas deportivos.

Empero, hay momentos –muy pocos, para nuestra fortuna– en los que nos vemos en calzas prietas para cumplir fielmente con esta ‘encomienda’ de 5 crónicas semanales, como en estos momentos, en que tenemos que hacer acopio de versiones y testimonios que no es que sean carentes de veracidad, pero sí susceptibles de involuntarias alteraciones testimoniales.

Pero dejemos preámbulos tan largos para decir que el fuerte incidente en el estadio Roberto Meléndez entre Leonel Álvarez y Julio Comesaña, en pleno partido entre Argentina y Colombia, era algo que se veía venir, tarde o temprano. Hemos indagado personalmente con amigos que dicen haber estado algo cerca de la ‘chambrana’ y alcanzaron a oír que la controversia era por cambios de jugadores que no se hacían o que se hicieron pero bastante tarde.

Malhaya sea que en estos precisos momentos, cuando más necesitamos citar su nombre, no podamos hacerlo por unas de esas zancadillitas o malas pasadas que la memoria le hace a sus propios vejetes. Se trata de un técnico argentino que tuvo Junior, famoso por el chispeante talento que se mandaba, brotándole con sorprendente rapidez y abundancia. ¿Saben cómo lo conocimos?

Un día fuimos al hotel Majestic para saludar a un amigo. Y estando en la recepción vemos que viene bajando un señor que nos tiene la vista clavada y de una vez nos espeta: —¿'Chelo De Castro'? ¡Te leo todos los días! Soy Julio Tocker, que ya nos acordamos.

Y al percatarnos que era el técnico de Junior, no habíamos terminado de decirle, 'pero, profesor, si yo no escribo de fútbol', cuando nos soltó este torpedo submarino con casco de buque a la vista: '¡precisamente por eso: Si escribieras de fútbol no te leería!'. ¿Qué tal ese piropito! pringamocero para los colegas futboleros de aquellos tiempos? Hasta se resintieron con esta pluma por haberlo referido en Diario del Caribe, donde escribimos por 8 años.

A Julio Tocker le escuchamos también una entrevista radial que le hicieron por aquellas calendas, donde también soltó una frase lapidaria, aplastante, que es la que nos ha impulsado a escribir esta croniquilla. Cuando el entrevistador le dijo que se rumoraba que iban a nombrar a otro técnico, pero no para reemplazarlo, sino para que colaborara con él. Y fue cuando el profesor Tocker soltó una frase propia de ese talento puntiagudo que se mandaba: —'¡En ninguna orquesta hay dos pianistas...!'

A buen entendedor, pocas palabras, dice una célebre sentencia....

Por Chelo De Castro C