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Cuando se habla de Dulio Miranda inmediatamente la memoria se traslada a la década de los 70 y 80, se cuelan imágenes de aquel defensor espigado, disciplinado tácticamente y atinado en marca. Su habilidad y entrega por la camiseta le dio, hasta hoy, el rótulo del jugador que más veces ha vestido la camiseta rojiblanca en los 90 años de historia del club. Según los registros estadísticos acumula 445 apariciones.

Miranda llegó en 1971 a las reservas del Junior, luego de militar en la Selección Atlántico juvenil, dirigida en aquel entonces por Marcos Coll, el exjugador barranquillero capaz de presumir de un gol olímpico en un Mundial (Chile 62), hasta ahora, después de veinte ediciones y con vigencia hasta el 8 de junio de 2018, el único que se ha marcado en la historia.

'Comencé como volante mixto, pero el profesor Marcos Coll me puso de defensor central porque vio bastante proyección para esa posición. Marcos dejó una gran huella futbolística en mí y me dio siempre los parámetros para moverme bien en el campo', recuerda Dulio, quien en sus comienzos, antes de defender los colores del Atlántico, jugó en el equipo del comité del barrio Cevillar.

En 1974, Dulio empieza su carrera profesional en Junior, el equipo de sus amores y el mismo que le abrió las puertas a pesar de no haber nacido en La Arenosa.

'Allí me formé no solo como jugador sino como persona. Tuve la suerte de llegar a un club grande, con una buena junta directiva. Me encontré con entrenadores que se preocuparon por las divisiones menores, que me dieron la oportunidad de estar ahí. Sin duda alguna todo lo que soy y lo que tengo, me lo ha dado Junior'.

El nacido en Galerazamba, Bolívar, un 7 de octubre de 1952, formó una dupla defensiva formidable con otro mítico: Gabriel Berdugo.

'La verdad es que éramos un grupo unido en defensa, estaban ‘Rafa’ Reyes, Jesús Toto Rubio y Gabriel Berdugo. Armamos una zona defensiva muy sólida y difícil de pasar, con Gabriel me acomodé bien y logramos construir una gran sociedad que perduró por mucho tiempo'.

En los dos primeros títulos del cuadro Tiburón (1977 y 1980) su nombre quedó sellado como uno de los pilares en su consecución.

'Desde el 76 se venía luchando por alcanzar el título. Luego se va Varacka y queda Verón como entrenador, con La Bruja clasificamos al hexagonal y gracias a Dios se dieron las cosas y pudimos ganar en Bogotá ante Santa Fe (3-1)y regalarle el primer título a Barranquilla. En 1980 vuelve Varacka, nosotros seguíamos con la misma base de jugadores costeños y otros muchachos de afuera que llegaron a fortalecer el equipo y nuevamente ganamos de visitante en la final ante el Deportivo Cali en un gran partido'.

Dulio recuerda una anécdota especial de esa anhelada segunda estrella. Su compañero y amigo del fútbol Gabriel Berdugo, en pleno compromiso finalista ante el cuadro azucarero, le vaticinó, minutos antes, que él le iba a dar el título.

'Las cosas se veían difíciles, Junior tuvo un aire en el segundo tiempo. Recuerdo que llega el tiro libre y el ‘Jopa’ (Berdugo) me dice que él va por el triunfo, faltaban pocos minutos y preciso le queda el rebote y marca el gol del título. Sin duda fue una de las mejores escenas que viví'.

Dulio, hoy dedicado a trabajar con las divisiones menores del Junior, anhela y se esfuerza por volver, algún día, a dirigir al equipo profesional como lo hizo en 1992,1994 y 2001.

'Ser entrenador es una faceta muy compleja; se necesita estudiar y tener un proyecto bien formado, con jugadores que se adapten y directivas que respalden los procesos. Sueño con volver a estar dirigiendo al equipo profesional, pero mientras trabajo con las inferiores aportando el futuro del club'.

Quizá Dulio busque en las nuevas juventudes una dupla Arango-Verón, la misma que él consideró una de las más temibles de su época.