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Su apellido suena más a fútbol que a béisbol. Tiene talla de defensa o delantero, pero eligió ser ‘pitcher’. En su tierra se destacan más por darle patadas a un balón que por lanzar una pelota. Francisco Lucumí Carabalí nació hace 15 años en Quinamayó, un corregimiento que está a 21 kilómetros de Jamundí (Valle), en donde la gran mayoría de sus habitantes es de raza negra.

Lucumí se enamoró del béisbol a los 11 años, a esa edad le causó curiosidad cómo unos niños se divertían en su pueblo 'tirando una bola'.

'Unos profesores fueron a verme y como me desempeñé bien a mi corta edad, me llevaron a Cali a entrenar con la selección del Valle. Desde que vi este deporte, me enamoré', cuenta mientras mete su mano izquierda en la manilla.

Este joven que mide 1.82 centímetros de estatura es una de las figuras del Torneo Nacional Sub-15, que se disputa en el campo de béisbol del Country Club, en Sabanilla. Cuando Lucumí Carabalí salió ayer al montículo, los ‘scouts’ de inmediato se alertaron, sus cronómetros se activaron y las pistolas radar (sirven para medir la velocidad de los lanzamientos) enfocaron al joven lanzador. Entre 83 y 84 millas fue la velocidad de sus lanzamientos con los que dominó a la novena de Sucre y se cargó la victoria 6-2 de su equipo, que se clasificó a las semifinales. 'Tengo la virtud de poder dominar a los bateadores', dice tímidamente.

El espejo de este vallecaucano es el cartagenero Julio Teherán. 'No me pierdo un juego de Julio y lo veo para poder ser mejor. Lo sigo y creo que de él tengo su control. Lo conocí en Cartagena y cada vez le aprendo más', agregó el joven que el año pasado integró la Selección Colombia de su categoría.

Los ‘scouts’ elogiaron las condiciones de Lucumí y creen que muy pronto será firmado por una organización de Grandes Ligas.

'Es un lanzador que tiene un buen biotipo, sobre todo su estatura. Su físico es ideal para un lanzador. Tiene un brazo suelto y se ve que no hace mucho esfuerzo para soltar la bola. Prácticamente es un niño, pero ahí en el montículo sabe lo que está haciendo. A nosotros nos llama mucho la atención que un muchacho a esa edad tenga ese dominio. Para mí es uno de los mejores lanzadores que han pasado por este campeonato nacional. Tiene muy buena velocidad para la edad, está tirando 84 millas y eso le da una muy buena proyección. Creo que dentro de un año estará alrededor de las 92 millas', apuntó Daniel Mavárez, ‘scout’ de los Gigantes de San Francisco.

Lucumí, a quien sus compañeros de equipo llaman el dominicano, quiere seguir evolucionando y lograr ese gran sueño de todo beisbolista. 'Me gustaría jugar en los Yanquis o en los Gigantes de San Francisco. Consolidarme en las Grandes Ligas y así dejar en alto el nombre de mi pueblo con el béisbol. En Quinamayó la gente es muy humilde y nadie pelea entre sí', apuntó.

Francisco Lucumí está soñando en grande con sus 84 millas.