Enviado Especial, Las Vegas. Es normal toparse en cualquier pasillo del MGM Grand Hotel con alguna personalidad del mundo de las comunicaciones o del mismo mundo del deporte de las fistianas que no se quiera perder este súper evento deportivo que va a paralizar al mundo durante 36 minutos o menos.
El analista de ESPN Bernardo Osuna considera que la organización de la pelea fue muy apresurada, 'en apenas dos meses se hubiera hecho una gira mundial y por lo demás ha carecido del condimento acostumbrado para encender más el ambiente. El error que hicieron los organizadores fue en pensar que esta pelea se promocionaba por sí sola', expresó el titular de los programas de boxeo de la cadena televisiva.
Entretanto Carlos Nava fue más allá y aseguró que 'alguien va a salir insatisfecho o descontento. Aquí se ha cobrado y mucho por todo y de seguro va a pasar eso. Además, el legado del boxeo está comprometido porque donde la pelea no resulte a la altura de la promoción la gente dirá que si reunieron a los dos mejores del pugilismo y terminó con una presentación para el bostezo, el boxeo se verá perjudicado', contó.
Las figuras dirigentes del deporte del boxeo mundial como el mexicano Carlos Suleiman, presidente del Consejo Mundial del Boxeo, cree que todo esto que ha sucedido 'ha puesto al boxeo nuevamente en el epicentro mundial y de esto tiene que resultar algo bueno así se dependa de una presentación buena para seguir con este entusiasmo', declaró el dirigente azteca a EL HERALDO en unos de los pasillos del hotel sede del combate.
Por su parte, el puertorriqueño Francisco Varcárcel, presidente de la Organización Mundial del Boxeo, OMB, vio con extrañeza la excesiva diplomacia de los pegadores el día de la rueda de prensa y consideró que 'el boxeo no va a depender de una buena presentación de los contrincantes den disputa este sábado, sino que todo le suma para bien. No veo por donde el pugilismo va a salir perjudicado sea cualquiera el resultado', expresó el isleño.
Mientras tanto la periodista de televisión filipina Dayana Casillajó, quien sigue a Manny Pacquiao, por todo el mundo dijo a EL HERALDO, que el impacto del evento deportivo es tan grande para su país, que hasta una iglesia en Manila cerrará sus puertas y aplazará sus servicios para que sus fieles puedan ver la pelea.
'Manny pelea por un pueblo, él es más un deporte. Tenemos otros deportistas, peor ninguno genera tanto apasionamiento como Manny por todo lo que representa. Esto no es solo por boxeo. Se trata de un hombre que es político, entrena siete horas, apenas duerme cuatro horas, ayuda, canta y lo queremos todos', explicó la reportera que es considerada toda una celebridad en su nación y se constata por la cantidad de fotos que le piden sus coterráneos aquí presentes.
Se ha observado a cientos de turistas americanos, mexicanos, filipinos, japoneses, pocos argentinos que han aterrizado en la ciudad que nunca duerme para ser parte y testigo presencial de la pelea muy a pesar que muchas de ellas no tendrán acceso al combate y menos a la ceremonia del pesaje ante lo agotado que están todas las entradas para los dos eventos.