Terminó con un sabor agridulce. Miguel Borja no disfrutó del todo su tripleta y la victoria de Palmeiras 3-1 ante Junior, el miércoles en la noche, en el Allianz Parque, de Sao Paulo, Brasil, en la última jornada del Grupo 8 de la Copa Libertadores.
El ‘Verdao’, el equipo que le paga, salió ganador, pero la escuadra de sus amores, la que ha seguido desde pequeñito, en Tierralta, Córdoba, donde tiene una finca con un escudo del ‘Tiburón’ pintado en el techo de la casa principal, resultó perdedora y eliminada del torneo continental.
Por eso Borja solo corrió y se saludó tibiamente con sus compañeros después de cada anotación.
'No festejé porque soy hincha de Junior, da felicidad y a la vez un poco de tristeza', reconoció Borja poco después del juego, ante la televisión brasileña, todavía en la cancha del estadio del Palmeiras y hablando en portugués.
Borja, que ya le había marcado un gol al conjunto barranquillero en el partido de ida en el Metropolitano y otros tantos cuando jugaba en Atlético Nacional, explicó qué tuvo que afrontar el partido con profesionalismo a pesar de la aflicción por perjudicar al club del cual es fanático.
'Son sensaciones de tristeza y alegría, le hice mucha fuerza a Junior contra Boca, ese era el partido que tenía que ganar. Ya cuando nos toca definir, nos toca hacer el trabajo, mucho más porque veníamos de perder ante Cortinthians, la gente estaba inconforme, eso nos obligó a hacer un buen partido', expresó Borja, ya en la zona mixta y en español, a la cadena Espn.
'Junior le tenía que ganar en Barranquilla a Boca', ratificó el artillero sabanero que hace parte de la lista de 35 jugadores preseleccionados por el argentino José Pékerman para el Mundial Rusia-2018.