El fútbol continúa de luto. El sábado se fue Gabriel Ochoa Uribe, el técnico más ganador en la historia del balompié colombiano (13 títulos), y el lunes en la noche dijo adiós Vladimir Popovic, el serbio que en un momento fue antagonista del médico y que también alcanzó trofeos y dejó un gran legado en el rentado nacional.
Popovic, campeón con el Santa Fe (1971) y Deportivo Cali (1974), procuró practicar un fútbol ordenado y vistoso que brindara espectáculo, como lo hacía el cuadro azucarero entre 1985 y 1987, con Carlos ‘el Pibe’ Valderrama y Bernardo Redín a la cabeza, aunque finalmente el América de Ochoa, que era menos atractivo para la retina y mucho más defensivo, fue el que dio la vuelta olímpica en 1985 y 1986.
Millonarios, que conquistó el título de 1987, también contó con la sapiencia de Popovic entre 1994 y 1995. En el cuadro embajador dirigió al galapero Édinson Domínguez y lo convirtió en lateral izquierdo.
Domínguez, que surgió en el Sporting (desaparecido equipo de Barranquilla), era un volante 10 o mediapunta con fuerte pegada de pierna zurda hasta que quedó bajo la batuta del balcánico.
'Me dolió mucho la muerte de ese señor, me quería mucho. Buena gente. Buen técnico y buena persona. Se alegraba bastante con los éxitos de uno. Cuando salíamos a la cancha nos matábamos por ese señor', recuerda Domínguez en diálogo con EL HERALDO.