El dueño y técnico del Chicó FC, Eduardo Pimentel, denunció a través de su cuenta oficial en Twitter y en diálogo con EL HERALDO que dos de los jugadores del equipo ajedrezado recibieron amenazas contra su vida y la de sus familiares para que no jueguen el partido ante Junior, mañana a partir de las 4 p.m., en el estadio La Independencia de Tunja, en la última y crucial fecha de la Liga Águila.
'Son llamadas que les hicieron a un par de jugadores nuestros, por protección no digo los nombres. Queda claro que si los familiares viven allá (en Barranquilla), los jugadores son de allá, no queda muy difícil suponer quiénes son. Uno de ellos pidió no jugar mañana porque le dieron las direcciones, los datos, los nombres y todo sobre por dónde se mueven sus familiares. Habló conmigo, me dijo que no ha podido dormir, que no sabe qué hacer y que lo mejor es que no lo pudieran colocar. No va a jugar, primero tengo que salvar la situación del futbolista', declaró Pimentel a EL HERALDO.
¿Qué ha hecho ante esto?
Por lo pronto, uno de los jugadores, el que me pidió no jugar, no va a jugar. Llamé a la Policía para que se encargara de tomar la declaración del jugador e investiguen los números de los cuales lo llamaron. Hay que averiguar de dónde fue que llamaron.
Lamentable esta situación…
Nosotros no tenemos nada que ver, los que tienen que ver son los que están luchando por entrar a los cuartos de final. Lo enfrascan a uno en una situación muy desagradable, yo ya he vivido varias en el fútbol cuando han pasado circunstancias similares. Si uno coloca al jugador y por cualquier motivo comete un error de forma no deliberada, inmediatamente se va venir Santa Fe, Millonarios y Tolima, como ya me lo han hecho saber, diciendo que yo estoy favoreciendo al Junior por no poner a ese jugador. Eso es delicado para uno que está en medio de todo.
¿Ya ha recibido llamadas de dirigentes de Tolima, Millonarios y Santa Fe?
He recibido llamadas de personas del fútbol molestas con el tema de que no se vaya a poner uno o dos jugadores por esta situación. Obviamente nuestra nómina es demasiado corta, lo lógico es que Junior pase por encima de nosotros, máxime como está el equipo cambiando de técnico y en mala campaña. Pero esa situación lo pone a uno en entredicho y, por lo tanto, ese jugador, si yo lo coloco y comete algún error, lo va a masacrar todo el mundo. Y si no lo pongo, se van a molestar los otros clubes.
¿De dónde cree que vienen estas amenazas?
Junior no tiene nada qué ver. Yo aquí he manifestado, desde hace mucho rato, sin lugar a dudas, que en esto, y en muchas otras cosas, árbitros y todo, tienen que ver los apostadores. Esto es un tema de todo el mundo y de todos los tiempos, en Italia, Europa, Holanda. Esto es muy grave porque la plata que se mueve en este entorno es demasiada. Ni Junior ni Chicó ni otros equipos tienen algo que ver con esto. Fuerzas extrañas se pueden encargar de crear estas circunstancias por las apuestas. Pero no tengo pruebas para demostrarlo.
En esta semana se dijo en la prensa del interior que Chicó estaba en rines por su mala situación económica y que ante Junior jugaría con juveniles porque usted había mandado a casa a los profesionales al no tener dinero para pagarles…
Eso es totalmente falso. Mi única manifestación fue que ante el incumplimiento de la Gobernación de Boyacá el año pasado, que no nos terminó de dar los dineros, y en este, que no nos ha dado un solo peso, estaríamos en situación de riesgo de jugar con un equipo juvenil en el segundo torneo. Nada tiene que ver con el último partido y menos con todo lo que se está jugando de por medio.
¿Se la va a poner difícil al Junior, como dijo en esta semana en EL HERALDO? ¿Chicó va con todo?
¡Con todo! Hemos puesto todo el empeño y esfuerzo para ser todo lo que siempre hemos sido nosotros. Puede que no nos quieran, pero somos claros, directos y transparentes. Que no nos ofrezcan ni nada, nosotros sabemos lo que tenemos que hacer. El mico sabe en qué palo trepa, por eso a nosotros no nos proponen nada ilegal ni nada porque los ponemos en evidencia inmediatamente. Vamos a hacer un esfuerzo grande.