Los jugadores del Junior han tomado por el lado amable el ‘precioso’ horario del partido Fortaleza FC vs. Junior (12 del mediodía), mañana en el estadio de Techo, en Bogotá. 'Ojalá que podamos conseguir esos tres puntos con sabor a sancocho (risas)', bromeó Édinson Toloza. 'Toca almorzarnos a Fortaleza (risas)', se le ocurrió decir a Roberto Ovelar, que suele andar de buen humor.
Los dos delanteros y la mayoría de sus compañeros prefieren no amargarse con la inusitada hora en que se programó este juego, como parte de la campaña de ahorro de energía que se viene haciendo en el país en medio de una crisis eléctrica que podría derivar en un apagón.
La Dimayor decidió unirse a la austeridad energética y surgieron estos partidos en momentos de sopa y seco. Ni modo. Los tiburones, palabras más, palabras menos, ven el plato futbolero servido e intentarán comérselo.
'Hay que tratar de acoplarse porque sabemos que va a seguir siendo así', se resignó el atacante nariñense. 'A esa hora solo se juegan los amistosos, pero bueno, toca, y vamos a ir afrontarlo con mucha responsabilidad. Sea la hora que sea, tenemos que salir a ganar', enfatizó el goleador paraguayo, sin archivar la situación como una posible excusa.
Cambios que representa
Pero más allá de los apuntes jocosos de los jugadores y del desenlace del juego y su marcador, ¿qué implica para Junior, para un equipo de fútbol en general, el modificar tan drásticamente los horarios de costumbre?
'Se han hecho unos ajustes en el descanso y en la alimentación', informó Alexis Mendoza. 'Hay que intentar que el jugador pueda conciliar el sueño rápido y duerma ocho horas. Se va a hacer un desayuno–almuerzo y nos tomaremos un tiempo prudencial para que el jugador haga su digestión', explicó el técnico rojiblanco.
El preparador físico Álex Acosta Bolaño y el médico Carlos Rolong se han encargado de elaborar unas sesiones de práctica y una dieta especiales para procurar que los futbolistas rojiblancos asimilen de la mejor manera el horario fuera de lo común.
'Hemos tratado de cambiar el chip. Algunos tienen por costumbre no desayunar antes de un partido, solo almorzar. En el desayuno-almuerzo no se tendrá mucha ingesta de proteínas, cuando se ingiere proteínas el organismo requiere mucho oxígeno y vamos a jugar en la altura, consumiremos más carbohidratos. Tres horas y media antes, 8:30 u 8:45, por tarde, deberíamos estar tomando el alimento principal para ir a jugar a las 12', detalló Acosta.
'El sábado, cuando lleguemos a Bogotá, vamos a cenar a las 8:30 p.m., ahí tendremos la ingesta de proteínas más alta', añadió el PF tomasino.
En todo caso, la obligación del líder de la Liga Águila I es salir a devorar a uno de los últimos de la tabla de posiciones. En horario de desayuno, de té, almuerzo, merienda o cena, la misión es la misma. Por eso, bien lo dice el artillero guaraní Roberto Ovelar: 'Toca almorzarnos a Fortaleza'.
'En altura es la peor hora'
Álex Acosta Bolaño, preparador físico del Junior, dice que jugar en los 2.600 metros de altitud de la Capital, a las 12 del mediodía representa mucho más desgaste.
'En Bogotá hay menos oxígeno y el sol en altura quema mucho, es un horario difícil, es el peor horario para jugar en la altura, pero son las condiciones a las que estamos sometidos, no hay lugar para la excusa', expresó Acosta. 'Espero que esto sea algo transitorio y volvamos a tener los horarios habituales', agregó el PF.