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Junior extravió el camino del triunfo. No importa que le sobren opciones de gol y que enfrente al peor equipo del torneo, el cuadro rojiblanco sigue sin ganar. Ya completó su séptima jornada consecutiva sin saborear las mieles del triunfo al conseguir un amargo empate 2-2 ante Chicó FC, esta noche en el estadio La Independencia, de Tunja.

Los tiburones, que marcaron a través de Édinson Toloza, a los 17 minutos, y Germán Gutiérrez, a los 36, fueron incapaces de derrotar al último de la tabla de posiciones, que empató dos veces el encuentro mediante Miguel Caneo, de tiro penal, a los 25, y John Riascos, a los 37.

El objetivo era tratar de empezar a cuadrar caja y recuperar los puntos perdidos en las últimas cinco fechas de la Liga venciendo al colero de la tabla de posiciones, pero no se contó con la contundencia y seguridad defensiva necesarias. 

Los dirigidos por Giovanni Hernández fueron inferiores al desafío por su falta de eficacia para aprovechar la buena cantidad de opciones de gol que se le presentaron a lo largo del partido y por los descuidos defensivos que le dieron vida a un adversario con grandes limitaciones, que muestra los más flojos números del campeonato principal del fútbol colombiano.

Toloza anotó un gol, pero despilfarró por lo menos tres oportunidades nítidas para aumentar la cuenta. Una de ellas se produjo minutos antes que el árbitro Gustavo Murillo sancionara como penal una acción de juego en la que Enrique Serje trataba de proteger el balón de manera normal ante un acoso ofensivo del cuadro ajedrezado.

Aún así, Junior se puso en ventaja con un golazo que le salió a Germán Gutiérrez en una pelota levantada con propósitos de centro.

Sin embargo, un minuto después de ese bombazo del lateral izquierdo barranquillero, otro parpadeo significó el empate definitivo.

Junior, que era dominador del juego y generaba mayores opciones de la mano de Sebastián Hernández, principalmente en el primer tiempo, se fue apagando poco a poco.

Viera, con sus precisos tiros libres casi hace lo que le quedó grande a los delanteros, pero el palo y el arquero frustraron su grito triunfal, el mismo que no se escucha hace siete fechas, ni siquiera con el colero de la Liga se logró.