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El Chapecoense la tuvo bien dura en su traslado a Barranquilla. El equipo brasileño, rival de Junior en los cuartos de final de la Copa Sudamericana, tenía planificado aterrizar en el aeropuerto Ernesto Cortissoz en la noche del lunes, pero atrasos en los vuelos, pérdidas de conexiones y otros inconvenientes le dificultaron y cambiaron ostensiblemente sus planes. Solo esta noche, casi a las nueve, pudo llegar, por fin, al hotel Sonesta, sitio de concentración en la capital del Atlántico.

Sao Paulo-Corumbá-Puerto Suárez (Bolivia)-Leticia (Colombia)-Barranquilla fue la tediosa ruta. Se pensaba que el retraso solo se extendería hasta la mañana de este miércoles, pero en realidad el Chapecoense solo pudo arribar a Barranquilla hoy después de las 5:30 p.m.

Pasaron la noche entre lunes y martes en territorio boliviano y de allá apenas partieron en la mañana de este martes rumbo a suelo colombiano.

Al llegar a Barranquilla, el club dirigido por Caio Junior se fue directo al estadio Metropolitano Roberto Meléndez, para hacer el reconocimiento al escenario. Ahí los pupilos de Caio fueron recibidos por un ejército de mosquitos y entrenaron por un largo tiempo. Luego sí se trasladaron al hotel con notables rostros de cansancio y aburrimiento.

En la delegación de Chapecoense vinieron varios ‘torcedores’ (hinchas), entre ellos Luciano Buligon, el prefecto (máxima autoridad) de Chapecó, quien vaticinó un triunfo de su equipo amado.

'Va a ser un partido difícil, pero creo que Chapecoense va a ganar 2-1. A Junior lo vimos el sábado y a pesar de la derrota nos pareció muy bueno', destacó el mandatario.

Buligon habló del viaje y dijo que había sido extenuante, sobre todo en territorio boliviano.

'Tuvimos problemas en Bolivia porque solo había una encargada de sellar la documentación de toda la comitiva, pero ya estamos acá y esperamos hacer un buen juego', concluyó quien dirige los destinos de la ciudad sede del Chapecoense.