Y cesó la horrible racha. Trece partidos después, Junior volvió al triunfo. Y lo hizo en el momento justo, cuando más lo necesitaba, en la Copa Sudamericana, el torneo al que apunta con más fuerza este semestre. Ahí se mantiene invicto —luego de cuatro victorias y tres empates—, ratificando este estatus la noche de este miércoles, al vencer 1-0 al Chapecoense brasileño, en el juego de ida de la fase de cuartos de final del torneo continental.
Rangel desperdició el segundo gol de Junior tras la salida del arquero Danilo.
Había que ganar, era justo y necesario, y Junior lo logró. Trabajado, luchado, sufrido, por la mínima diferencia, pero volvió a sonreír, así como su afición, que no acompañó en masa, a pesar de la invitación realizada por el capitán Sebastián Viera, pero los pocos que asistieron alentaron y padecieron, para finalmente volver probar el dulce y exquisito sabor del triunfo.
En lo futbolístico, no fue la presentación más lúcida del equipo rojiblanco, pero se ganó, que es realmente lo importante, gracias a un tanto del soledeño Léiner Escalante en el epílogo de la primera parte.
No fue un partido intenso, como se esperaba. Junior tuvo en control del balón, mientras su rival, ordenado en defensa, se dedicó a esperar, buscando un parpadeo del local para intentar hacer daño.
El juego se tornó lento, sin opciones. Junior carecía de ideas y eso hacía ver, por momentos, inerte la posesión del balón.
La accidental entrada de Escalante —ingresó por el lesionado Édinson Toloza— terminó favoreciendo los intereses de los rojiblancos, que ganaron chispa, velocidad y sorpresa por el costado derecho, donde se ubicó el atacante soledeño.
El Chapecoense comenzó a sentir el desgaste con el paso de los minutos. Ya no se veían con la misma fuerza y la misma intensidad en la marca, como en los primeros compases del compromiso, Y fue ahí donde comenzaron a brindar ventajas en defensa.
Y fue por el costado derecho, ese que tanto trató de explotar el ‘Tiburón’, donde nació el tanto ganador. Iván Vélez, de destacado partido, asistió a Léiner Escalante, quien definió con la tranquilidad de un experimentado, en medio de la asfixiante marca de los defensores rivales.
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La etapa complementaria trajo una leve reacción del rival, que poco o nada —a excepción de las atajadas de su arquero Danilo y una que otra pincelada de Ananías— mostró en el gramado del ‘Coloso de la Ciudadela’.
Junior se fue apropiando del juego, mejorando en su andar. Trabajó y trabajó el juego con paciencia, mostrando actitud y ganas.
Vélez seguía destacándose por el costado derecho, James Sánchez, hasta el momento de su lesión, asumió el rol de líder en el centro del campo. Sebastián Hernández despertó y dio una mano en la creación. Escalante seguía siendo el más desequilibrante adelante, mientras que el ‘Búfalo’ Ovelar —otro que no pudo terminar el juego por una molestia— mostró ganas, actitud y sacrificio, aunque una vez más se vio desacertado en su principal labor, el gol.
El triunfo se logró con uña y dientes, incluso se pudo escapar sobre el final, sino es por una excelente atajada de Sebastián Viera, que ahogó el grito de gol brasileño.
Victoria rojiblanca que oxigena y llena de energías de cara al juego de vuelta. El Chapecoense, mostró poco, quizá producto del largo e incómodo viaje que tuvieron que afrontar para arribar a Barranquilla.
En medio de todos los inconvenientes y teniendo en cuenta que la derrota pudo ser peor, el ‘Verdao’ regresará a su tierra con la serie aún abierta. Y allá, en Chapecó, municipio del estado de Santa Catarina, se dirá la última palabra de esta serie de cuartos de final.