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Desde aquella participación en la Copa Libertadores de 1994, cuando el Junior, liderado por Carlos ‘el Pibe’ Valderrama, llegó hasta la instancia semifinal, quedando eliminado en los penaltis por el Vélez Sarsfield de Carlos Bianchi y José Luis Chilavert, el Tiburón no realiza una presentación decorosa en un torneo internacional.

Once han sido las desilusiones rojiblancas en los últimos 23 años, repartidas entre la Libertadores y la Sudamericana. Unas más dolorosas que otras, pero al final el mismo común denominador, la triste y, en algunos casos, humillante eliminación.

La reciente caída en la fase 3 de la Copa Libertadores 2017, a manos del Atlético Tucumán de Argentina, es una de las grandes decepciones de los últimos tiempos… pero no la única. Esta dolorosa derrota nos recuerda otros papelones del equipo rojiblanco en torneos internacionales.

Uno de los más recordados fue la eliminación en la fase de repechaje de la Copa Libertadores 2010 ante un desconocido Racing de Uruguay. El Tiburón, dirigido por Diego Édinson Umaña, igualó 2-2 en el juego de ida, disputado en el estadio Metropolitano, y luego cayó 2-0 en Montevideo.

Aquel equipo de Umaña logró superar ese golpe anímico que significó la temprana eliminación y finalmente se coronó campeón de la Liga. Un ejemplo que bien puede tomar como referencia este Junior de Alberto Gamero.

Otra eliminación dolorosa en la Copa Libertadores fue la sufrida en 2011, cuando el Junior, luego de terminar líder de su grupo, queda excluido del torneo al caer ante Jaguares de Chiapas, un club, que en aquel entonces, tenía poca historia en el fútbol mexicano.

El juego de ida, en México, había terminado 1-1 y todo estaba dado para que el Tiburón lograra la clasificación a cuartos de final ante su gente, pero un empate 3-3, con doblete del colombiano Jackson Martínez, acabó con las ilusiones de los barranquilleros.

Una de las peores presentaciones del Junior en los últimos tiempos se produjo en la Copa Libertadores de 2012, cuando los rojiblancos dijeron adiós en la fase de grupos, al terminar terceros de su zona con siete puntos —producto de dos victorias y un empate—, por debajo de Unión Española (CHI) y el Bolívar de La Paz (BOL), ambos con 10 unidades.

Pero si en la Copa Libertadores llueve, en la Sudamericana no escampa. Junior también ha tenido sus decepciones en el segundo torneo de mayor importancia en el continente.

En 2015, el equipo de Alexis Mendoza llegaba como favorito a la serie frente al Deportes Tolima de Gamero, por la segunda fase de la competencia. Los tiburones se habían impuesto 1-0 en condición de visitante —aquel partido se disputó en Bogotá, por los arreglos que se adelantaban en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué— y todo estaba dado para que la clasificación se lograra en casa. Pero Junior volvió a hacer de las suyas. Fue derrota 2-0 en el ‘Metro’, teniendo como verdugo al volante antioqueño Johnatan Estrada —fue la figura, marcando uno de los tantos del compromiso—, quien hoy hace parte de la nómina rojiblanca.

Ese año Junior también logró recuperarse de ese golpe recibido por el equipo Pijao y terminó coronándose campeón de la Copa Águila y subcampeón de la Liga. Otro ejemplo que puede ser tenido en cuenta por el equipo de Gamero para levantar cabeza y enganchar en la lucha por el título del rentado local.

Una de las decepciones más dolorosas se produjo el año anterior, cuando el Junior, dirigido por Giovanni Hernández, fue superado ampliamente por un desconocido hasta entonces, Chapecoense de Brasil, equipo que, luego de caer 1-0 en el juego de ida, en la Arenosa, goleó a los rojiblancos 3-0, con anotaciones de Ananias, Gil y Thiago.