Noche nefasta en defensa. Junior recibió este sábado los mismos goles que acumulaba en las nueve fechas jugadas este semestre. Un dato que retrata la pobre presentación de la zaga rojiblanca, en la derrota 3-2 ante el Once Caldas, en la fría Manizales.
Ni el despertar ofensivo del cuadro barranquillero en el segundo tiempo, con los ingresos de Víctor Cantillo y Luis Díaz, impidió la derrota currambera, segunda en la Liga Águila II-2017.
El equipo de Julio Comesaña fue un equipo apático en los primeros minutos. Solo el ‘mazazo’ que significó el tanto del venezolano Edder Farías, de golpe de cabeza, tras una pésima marca de Rafael Pérez, hizo despertar al ‘Tiburón’, que intentó hacer daño, pero sin claridad y profundidad, cayendo atrapado en la red blanca.
Once Caldas apeló al juego fuerte para controlar a los jugadores más determinantes del Junior: Yimmi Chará y Jarlan Barrera. De a dos y hasta tres jugadores caían como depredadores a comerse a los ingeniosos, anulándolos por completo.
Otra reacción tardía de la defensa, nuevamente en una pelota aérea, significó el 2-0 parcial, anotación del ‘Pinti’ Álvarez, que cabeceó como ‘Pedro por su casa’ en el área rojiblanca.
Jonathan Ávila ingresó en la etapa complementaria para reajustar la defensa y el movimiento, inicialmente, dio sus frutos, porque un cabezazo del santandereano, le dio el descuento al ‘Tiburón’.
Pero lo que hizo Ávila con la cabeza lo borró con los pies. Un minuto más tarde, una marca ingenua el central, originó el tercer tanto albo en los pies del infalible ‘Pinti’ Álvarez.
El ingreso de Cantillo y del guajiro Luis Díaz le cambió la cara al equipo rojiblanco, que en un ataque de valentía, buscó el empate hasta el último minuto, así muchos ya dieron por muerto al ‘Tiburón’.
Pero las fuerzas y esa rescatable rebeldía solo le alcanzaron para lograr un segundo tanto, obra del de siempre, Yimmi Chará, que ratificó su sello goleador con su noveno tanto en la Liga. El delantero vallecaucano, que fue comido a patadas anoche, volvió a ratificar su gran momento.
Junior termina condenado por su defensa, esa misma que venía haciendo un gran torneo, y por una que otra individualidad en zona ofensiva que sigue sin arrancar, como el uruguayo Matías Mier.