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Los barranquilleros se volcaron a las calles de la ciudad confiados en un posible triunfo del Junior frente al Flamengo. En cada esquina un televisor adornaba las tiendas y decenas de hinchas vestían la elástica rojiblanca suplicando un gol.

Las discotecas lucían con globos, mantas rojas y blancas y prevalecía el jolgorio característico del costeño.

Y aunque ‘el Tiburón’ no logró darle vuelta al marcador, que finalizó 2-0, la afición permaneció hasta el último minuto animando al equipo. 'Jugó elegante, hermoso, pero me voy triste', dijo Walter Gutiérrez quien se encontraba en compañía de varios amigos en un local de la carrera ocho.

Desde las ventanas de las casas se observaban a las familias reunidas que gritaban la consigna '¡Vamos Junior, vamos Junior!'.

Igual ambiente se apreciaba en los vehículos que transitaban por las avenidas. Portaban banderas, pitos y cornetas para apoyar al onceno barranquillero. 'Pase lo que pase este equipo está haciendo historia', gritó desde el bus un conductor aficionado, quien llevaba a todo volumen una emisora de radio.

Un toque de esperanza se reflejó en los rostros de la hinchada cuando el jugador Yimi Chará (del Junior), al minuto 89, se preparaba para igualar el marcador desde el punto penal, sin embargo, esto no fue posible.

'Tuve la esperanza que remontara, pero no se pudo. Ahora a dormir. Guardaré energías para el encuentro del domingo con el América', manifestó Anderson Linero desde el bordillo de una tienda de carrera 8 con calle 52, con lágrimas en los ojos.

Como medida de seguridad, poco después del primer gol del Flamengo (min. 52), el sistema de transporte masivo anunció en su cuenta de Twitter la suspensión del servicio. 'Como medida preventiva, según instrucciones de @PoliciaBquilla suspendemos la operación del Sistema Masivo a partir de este momento', se leía en el mensaje publicado por la empresa Transmetro.