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Era un zaguero elegante. De cabeza levantada, con salida limpia, con talla, fuerza y rapidez. A Francisco Alvear le sobraban condiciones para llegar más lejos en el fútbol, pero al zurdo barranquillero, que se coronó campeón con Junior en 2004, le faltó un poco de fortuna, por la grave lesión de rodilla que sufrió en el 2007, y 'más madurez y disciplina', como él mismo reconoce ahora, ya en el retiro, con 36 años de edad.