Duro revés del ‘Tiburón’… duro por la eliminación, que suma un fracaso más a la larga lista, y duro por el gran partido que realizó el equipo rojiblanco este domingo ante el Medellín, en el estadio Atanasio Girardot. Pero ese eterno mal que nos aquejó toda la temporada, la falta de definición, terminó poniéndole la ‘lápida’ a un equipo que, quizá, mereció mucho más.
Mientras el Medellín solo necesitó tres disparos al arco para anotar dos goles, Junior tuvo que generar hasta 10 opciones claras -¡clarísimas!- para vulnerar el pórtico del ‘Poderoso’, a través de Sebastián Hernández y Yimmi Chará. Dato clave al momento de hacer los análisis post partido del empate (2-2) de ayer, en la ciudad de la eterna primavera.
A eso también hay que sumarle dos ítems más: el primero, el DIM tuvo un goleador, ese que tanta falta le hizo a Junior este semestre. Germán Ezequiel Cano marcó diferencia con sus dos tantos (en los únicos dos remates al arco que realizó) cuando más su equipo lo necesitaba, cuando era superado futbolísticamente por el rival. Y el otro punto que desniveló la balanza, el arquero David González, que en la serie sacó las que Sebastián Viera no pudo… esas que incluso parecían imposibles, pero hasta allá llegaron las manos y los brazos salvadores del buen arquero del Medellín.
El juego de ayer fue emocionante de principio a fin. Junior puso las condiciones y el espectáculo y Medellín la eficacia. Julio Comesaña sorprendió con un once titular lleno de cambios, pero todos les respondieron, especialmente el tridente del medio conformado por Sebastián Hernández –la gran figura del equipo rojiblanco ayer–, James Sánchez y Luis Narváez. Los tres, con ganas, garra y corazón, agarraron la batuta y le dieron vida al ‘Tiburón’, que llegó tocado anímicamente a Medellín, tras la eliminación en la Copa Libertadores y la derrota 1-0 ante el DIM, en el partido de ida de esta serie de cuartos de final.
En los primeros minutos, Luis Díaz, Chará y James avisaron, pero David González ahogó el grito de gol una y otra vez. Hasta que Sebastián Hernández le dio justicia al marcador, tras un remate rastrero que vulneró el arco local.
El Medellín revivió con el golazo de Cano, que llegó en el momento más indicado, cuando el ‘Tiburón’ estaba a punto de darle la estocada final a su rival. Junior respondió en la segunda parte con el tanto de Yimmi Chará, que enmudeció el Atanasio.
Los miedos se apoderaban del Medellín (hasta erraban los cambios, dándole ingreso a un jugador lesionado), porque Junior era una máquina de fútbol ofensivo. Pero ese karma, la falta de eficacia, le terminó pasando factura sobre el final, en los minutos que duelen, cuando Cano volvió a aparecer, con un cabezazo certero, para darle vida a un estadio ‘muerto’ del miedo, generando la locura colectiva de todos los hinchas del rojo de la montaña. Una vez más, Junior fracasó.