Apenas lo vieron, empezaron a llamarlo: '¡Jarlan! ¡Jarlan! ¡Jarlan!'. El volante samario, que infortunadamente no pudo acertar un penalti en el último tramo del alargue del partido final de la Copa Sudamericana entre Junior y Atlético Paranaense, el miércoles pasado en Curitiba, Brasil, estaba un poco cabizbajo y meditabundo cuando escuchó su nombre en boca de los aficionados que se encontraban a las afueras del sitio de concentración de los Tiburones en Medellín, el hotel San Fernando Plaza.
Barrera se encontraba en el lobby del hotel junto a la mayor parte de sus compañeros, a la espera de que les dieran la orden para subir al bus y trasladarse hasta la cancha de entrenamiento en Itagüí, pero al ver la petición de los fanáticos rojiblancos, se dirigió hacia ellos. Los hinchas que estaban detrás de unas vallas metálicas dispuestas en la entrada para controlar el acoso y el ingreso de desconocidos a la que por estos días es la casa de Junior en Antioquia.
Fotos, autógrafos, estrechones de mano y abrazos con Jarlan lograron los seguidores Tiburones. En medio de la selfie, el saludo y los afectos, los hinchas lanzaban mensajes de aliento al jugador que quedó bastante golpeado anímicamente tras la final de la Sudamericana por haber desperdiciado un tiro penal que pudo cambiar la historia del juego a favor de Junior.
'Olvidemos esa etapa (lo que sucedió en Brasil), es más, si hay un penalti, ¡mételo! ¡Coge la hi... bola!', le dijo un señor a los cuatro vientos, a manera de aliento.
'Dale mi hermanito, dale, dale, ánimo, no se ponga triste que hay que ganar la Liga', le dijo un muchacho más joven.
Jarlan Barrera no decía nada, solo sonreía y daba un simple gracias por el respaldo.
'Tú eres grande, tú eres grande mi hermanito. ¡Ánimo!', expresaba otro fanático.
'Vaya tranquilo, vaya confiado que lo apoyamos papá', le comunicó otro aficionado con gran afecto hacia el samario, que de inmediato cambió el semblante triste y pensativo que proyectaba.
La hinchada le inyectó una dosis de entusiasmo necesaria para olvidarse de lo que pudo ser y no fue y enfocarse en alcanzar un pedazo de gloria que merece él y todo el grupo por todo el fútbol equilibrado y vistoso que ha mostrado el equipo a lo largo de la temporada.
Pero Jarlan no fue el único que sintió el apoyo y el cariño de los cerca de 15 fanáticos tiburones que llegaron al hotel, Rafael Pérez, Víctor Cantillo, Luis Díaz, Luis Narváez, José Luis Chunga y Teófilo Gutiérrez, entre otros, recibieron voces de aliento de cara a lo que viene, la definición del título de la Liga Águila, donde Junior tiene tres goles de ventaja por haber ganado 4-1, pero aún faltan 90 minutos. La gente lo sabe y por eso le levanta el ánimo a Jarlan.