A punta de cocotazos o ‘aguayuyo’ (como se decía antes coloquialmente en Barranquilla), los jugadores de Junior le dieron la bienvenida a Matías Fernández al equipo rojiblanco, en la mañana de este sábado en la sede del club ‘Adelita de Char’, en Sabanilla.
Los integrantes del cuadro tiburón le hicieron un pasillo al volante chileno y comenzaron a aplaudir para que la nueva cara del plantel lo atravesara. Fernández, que no se había percatado que el asunto era con él, fue avisado por el preparador físico César Gaitán, tomó impulso y muy rápido, en medio de las palmadas de sus compañeros sobre su cabeza, con buena onda y entusiasmo, logró llegar a la meta.
Detrás de él, también tratando de esquivar los cocotazos, llegó un presuroso Gabriel Fuentes, que en su día de cumpleaños recibía esa ‘cariñosa’ felicitación.
Hubo una que otra patadita suave, una despeinada y nada más. Todo hizo parte del buen ambiente que encontró el reconocido mediocampista de 32 años de edad.
La práctica se inició a las 7:30 a.m. con una fortísima brisa marina que mueve las ramas de los árboles y todo lo que aparece en el sector donde se ubica la sede. A esa hora se permitió el ingreso de los periodistas, que encontraron a los jugadores ya reunidos en el camerino. Ahí, seguramente, Matías empezó a saludar y a conocer a los miembros de la plantilla.
Luego, en compañía de Sebastián Viera, el volante austral se dirigió a la segunda cancha. A medida que avanzaban, el uruguayo le iba explicando y señalando cosas, muy probablemente todo lo concerniente al manejo del club, la ciudad y otros detalles que desconoce Fernández.
Teniendo en cuenta que los rojiblancos se medirán hoy al América en el estadio Pascual Guerrero (8 p.m.) y que el viaje a Cali era eset sábado a las (6 p.m.), el entrenamiento fue liviano, con muchos ejercicios recreativos, entre esos el juego del ‘bobito’ o la ‘gallinita’. Como era de esperarse, por su condición de nuevo en el grupo, Matías Fernández era el primero que le tocaba corretear el balón.
Así, con alguna timidez y sonrojo, se fue soltando y entrando en contacto con sus nuevos compañeros, que dejaron ver sus bromas y alegría.
Luego, el entrenamiento continuó en el terreno de juego principal. En una parte de la cancha, los titulares realizaron trabajos de juego aéreo, mientras en el otro costado se desarrollaron remates al arco con pelota en movimiento y fútbol en espacio reducido. Ahí, Fernández comenzó a evidenciar varias de sus virtudes: certero disparo a la portería (anotó varios golazos) y calidad para manejar y pasar el balón.
Al terminar la práctica, salió de la cancha estrechando la mano de varios jugadores y hablando con ellos. Después de ingresar al camerino, ducharse y cambiarse, apareció en compañía de Viera. Recibieron la merienda y se dirigieron rumbo al automóvil del cancerbero.
Antes de entrar y sentarse, Matías Fernández se despidió de los encargados de la utilería y confirmó que usará el número 18 y no el 14, el que acostumbró a usar en sus anteriores equipos y en la selección de Chile. El dorsal 14 seguirá en poder de Leonardo Pico.
El jugador entrenará hoy en la mañana con los jugadores que no viajaron a Cali. En la noche podrá observar por televisión al resto de sus compañeros en el partido ante América.