Ese tiro libre era la esperanza de un gol. Era la promesa de que algo genial podía romper la monotonía en la que avanzaba el partido entre Bucaramanga y Junior, en el estadio Alfonso López, el domingo anterior. En medio de un duelo en el que sobraban los bostezos y faltaban emociones, el árbitro Leonard Mosquera sancionó una falta clara al borde del área contra Yohandry Orozco.
Corría el minuto 61 cuando Sebastián Viera, que suele salvar con sus guantes el arco rojiblanco, de hecho actualmente ostenta la valla menos vencida del torneo (ver nota aparte), abandonó su cabaña y se fue al otro lado de la cancha para tratar de rescatar con sus guayos al equipo rojiblanco de una desesperante sequía anotadora. Solo tres tristes triunfos y tres tristes tantos en nueve partidos de la Liga Águila II (casi la mitad del torneo). Hay más tarjetas rojas (4) que gritos alegres en la red rival.
Viera, el arquero con más goles en toda la historia de los Tiburones, gracias a sus precisas ejecuciones de pelota quieta, especialmente en esa distancia en la cual le cometieron la falta a Yohandry, agarró la pelota, la acomodó con cariño y hasta le echó la bendición.
El cancerbero se tenía toda la fe. Tomó distancia, cuadró la mira y, cuando se disponía a apretar el gatillo y buscar la diana, se detuvo a reclamarle al juez central.
'Yo estaba pidiéndole al árbitro que ubicara bien la barrera porque se había adelantado un metro con respecto a la línea que él había trazado (con el espray)', explicó Viera, ayer, en diálogo con EL HERALDO.
En el momento en que exigía la colocación correcta del muro humano, la pierna izquierda de Yohandry Orozco apareció sorpresivamente ejecutando el tiro libre que tanto había alistado el portero. El balón se estrelló en la barrera y el rebote le quedó a Viera, que de izquierda lo mandó a cualquier lado, más que todo pensando en que debía retornar seguro a su portería.
En su retroceso evidenció su molestia con Yohandry por reprimirle el disparo. Al final de cuentas, Junior siguió con la pólvora mojada y no pasó del 0-0 ante Bucaramanga.
Quedó la frustración porque no se sumó la victoria, pero ningún resentimiento entre los compañeros. 'Yohandry quiso aprovechar esa distracción que estaban teniendo', entendió Viera, haciendo alusión a los hombres de la barrera que estaban pendientes de la protesta que él le hacía al árbitro. 'Luego me presentó disculpas, y no pasa nada', afirmó el cuidapalos charrúa.
Un día después de esa escena que parecía un momento cumbre del partido, ya todo es simple anécdota y moraleja.
'El fútbol es de decisiones , a veces tomamos las correctas y otras veces no. Lo importante es que no volvamos a caer de nuevo en las equivocadas', puntualizó Sebastián Viera.