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Junior dio la pelea, corrió, sudó, se esforzó, intentó, se sacrificó e hizo lo que pudo para conquistar la décima estrella de su historia, pero América fue más certero, ordenado y lúcido, se impuso 2-0 y dio su vuelta olímpica número 14, este sábado en un estadio Pascual Guerrero repleto, eufórico y teñido de rojo.

Michael Rangel, al minuto 18, y Carlos Sierra, a los 33, convirtieron los tantos de la victoria escarlata, que prendió la fiesta de velitas y la Feria de Cali.

Los jugadores rojiblancos fueron guerreros que lucharon hasta el último minuto de juego tratando de igualar el marcador, pero sin la claridad y el fútbol que los ha caracterizado y que los llevó a disputar las tres últimas finales de la Liga.

El primer tiempo se resolvió a favor del América por el cerebral juego de Rafael Carrascal y por la contundencia de su ataque. Dos opciones de gol, dos goles.

Con la batuta del sucreño, el cuadro caleño encontró la forma de mover la bola de un lado para el otro buscando espacios y a Duván Vergara, el hombre más habilidoso y peligroso de los rojos. El cordobés le dio problemas a Marlon Piedrahíta.

Sin embargo, Junior tenía el compromiso relativamente controlado y amenazaba con la velocidad de Edwuin Cetré y Daniel Moreno.

Cuando el juego transcurría en completa calma y ambos equipos eran medidos en sus intenciones ofensivas, Michael Rangel metió su cabeza en un remate de Duván Vergara y desvió el esférico para marcar el primero.

Junior reaccionó y estuvo a punto de empatar en un remate de Cetré luego de un par de gambetas y, especialmente, en una inmejorable opción de gol en la que Teófilo Gutiérrrez sucumbió ante una espectacular atajada de Neto Volpi. El crack ‘made in’ Chinita recibió pase de Daniel Moreno y remató, pero sin ser certero.

Después de esa nítida oportunidad de gol, se produjo el segundo tanto anfitrión. Nuevamente por el costado derecho. Velasco se filtró, levantó la cabeza y cedió atrás a Sierra, que definió sin problemas.

En medio del júbilo en las tribunas del Pascual, Junior pudo haber descontado en la agonía de la etapa inicial en una jugada afortunada en la que Neto Volpi salió a cazar mariposas y un pelotazo de Rafael Pérez terminó manso en el fondo de la red. No obstante, el árbitro Wílmar Roldán revisó la jugada en el VAR y la anuló por un milimétrico fuera de lugar.