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Es la cara de la moneda que nadie quiere vivir. Mientras el estadio Pascual Guerrero estallaba de júbilo y emoción por la estrella 14 del América y los futbolistas escarlatas saltaban, corrían y se abrazaban, los jugadores de Junior abandonaban el terreno de juego cabizbajos y dolidos por la derrota.

Era evidente la tristeza, la frustración y la impotencia por una oportunidad de redondear un tricampeonato histórico que se escapó.

En silencio, masticando la amargura de la caída, algunos jugadores se pararon al lado del banquillo de emergentes, con la mano en la cintura y la mirada fija. Algunos hinchas del América empezaron a tirar objetos, y el cuerpo técnico del equipo y el gerente Héctor Fabio Báez optaron por pedir a los rojiblancos que se marcharan al camerino.

Por eso y porque ya no hay honores para el subcampeón en las finales de la Dimayor, el conjunto tiburón no participó en la ceremonia de premiación y pasó al vestidor. Ya después de pasar por el camerino, bañados y cambiados, los escualos seguían escuálidos anímicamente y preferían no pararle a los medios de comunicación. Varios de ellos se disculparon e hicieron gesto para señalar que no estaban en disposición de hablar.

Germán Gutiérrez fue el primero que accedió a la petición del numeroso grupo de periodistas caribeños que se encontraban presentes y atentos a las impresiones de los pupilos de Julio Comesaña.

'Queríamos lograr ese tricampeonato, pero lamentablemente no se pudo, encontramos un América bien parado y nos ganaron de buena forma', declaró Gutiérrez.

Había desaliento y caras largas, pero no drama. Los jugadores que hablaron aceptaron el revés y resaltaron el hecho de llegar a tres finales consecutivas en la Liga. 'Queríamos ganar y obtener otra estrella...

aparte de eso este equipo se entregó y luchó. Esperamos el respaldo de la gente así como cuando también ganamos y les dimos alegrías. Hoy no pudimos', comentó Víctor Cantillo.

'Yo me siento orgulloso de este grupo porque hemos alcanzado muchos logros. Nos duele, lógicamente, hoy queríamos ganar y lo entregamos todo, pero este equipo ha pasado buenos momentos también', añadió el magdalenense que sentía que el duelo estaba parejo hasta que apareció el gol de Michael Rangel.

'Me parece que hubo dos goles en jugadas aisladas, no había afugias para ninguno de los dos. Nosotros controlábamos la pelota y el juego. Marcaron un gol, se pararon bien y ya después fue difícil', declaró Cantillo.

Sebastián Viera y Teófilo Gutiérrez saludaron a los comunicadores, pero prefirieron no acercarse a los micrófonos.

'No hay palabras para explicar lo que pasó, realmente teníamos un partido controlado y con la posesión del balón, pero fallamos en algo que sabíamos que era la fortaleza de ellos y que lo habíamos entrenado, así resultó siendo el final del partido', comentó Rafael Pérez, el tercer y último jugador en atender a los medios.