Junior se encuentra gestionando el nombre del laboratorio que se encargará de las pruebas de COVID-19 en el proceso de reanudación de la Liga profesional de fútbol.
Luego de que la Dimayor, basada en el concepto del Comité de Vigilancia, encabezado por los médicos Mauricio Serrato, del Ministerio del Deporte, y Gustavo Pineda, de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), declarara desierta la convocatoria para la selección de un único proveedor que implementara el protocolo de bioseguridad en todos los clubes de primera división, porque ninguno de los cuatro postulantes cumplió con los requisitos, se determinó que cada equipo deberá contratar (con dineros de la Dimayor) una empresa que se encargue de practicar los exámenes para detectar el coronavirus y de tomar todas las medidas para reducir al máximo las posibilidades de contagio.
El médico Carlos Rolong y la dirigencia rojiblanca se encuentran en esa labor. En Barranquilla no sobran opciones acreditadas por el Ministerio de Salud, exigencia imprescindible en la escogencia.
Entre las escasas posibilidades que maneja Junior, el Laboratorio Clínico Continental es el que tiene mayor probabilidades de asumir la aplicación del protocolo de seguridad entre los jugadores, cuerpo técnico y empleados del club involucrados en las actividades del proceso de retorno a la competencia.
Los otras opciones que maneja Junior son el Laboratorio de la Universidad Simón Bolívar, Laboratorio Clínico Citisalud y Laboratorio de la Universidad del Atlántico.
En Medellín, donde existen 15 laboratorios plenamente avalados por Minsalud, Atlético Nacional ya definió la firma que se encargará de su protocolo de bioseguridad (Laboratorio Clínico Las Américas) y ya comenzó a evaluar la salud de sus integrantes. De los 57 empleados verdolagas examinados, incluidos jugadores y entrenadores, dos (no identificados públicamente) resultaron positivos de COVID-19.
Los dos casos en el cuadro paisa son asintomáticos.