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Y Sebastián Viera salvó la patria. El uruguayo, que sufrió viendo pasar centros de palo a palo durante buena parte del partido, se acomodó la capa en la definición por tiros desde el punto penal y puso a gozar a los hinchas de Junior atajando el primer cobro de Unión La Calera e impulsando la victoria a través de esa vía (4-2).

Fue un drama con final feliz para los rojiblancos. Perdieron 2-1 durante los 90 minutos de juego en el estadio municipal Nicolás Chahuán Nazar, pero terminaron celebrando la clasificación a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, donde se medirán a otro oponente chileno, el Coquimbo Unido. El duelo de ida concluyó 2-1 a favor de los Tiburones y por eso hubo resolución desde los doce pasos.

El único equipo colombiano que quedó con vida en los torneos internacionales, comenzó ganando apenas a los 25 segundos de juego con un verdadero golazo de Miguel Borja. Sin embargo, el anfitrión, que siempre tuvo la posesión del balón, le dio vuelta al marcador con tantos de Fernando Cordero, a los 44 minutos, y Juan Leiva, a los 59.  

Nadie dijo que sería fácil. Y para nada lo fue. Unión La Calera, segundo en la actual tabla de posiciones del fútbol chileno y verdugo del Fluminense de Brasil y el Deportes Tolima en la Sudamericana, resultó un hueso durísimo de roer.

El partido empezó de forma inmejorable para Junior. La precoz anotación de Borja, un zapatazo sorpresivo desde fuera del área que superó la estirada hacia el lado superior derecho del arquero Alexis Martin, figura del duelo en Barranquilla, amplió las posibilidades de clasificación.

Una anotación de gran factura que ponía al ‘Tiburón’ con la corriente a favor e igualaba la potencial ventaja que podría tener La Calera con el gol de visitante (como tercer ítem de desempate).

Borja, que ya contabiliza siete partidos consecutivos marcando gol con los rojiblancos, aprovechó un pase de Teófilo Gutiérrez para extender su racha anotadora. 

A pesar del golpe que representaba la anotación rojiblanca, La Calera se mantuvo en pie de lucha y con su posesión del balón trató de sembrar zozobra en el campo visitante. No lo logró hasta la agonía del primer tiempo, cuando un rechazo deficiente de Germán Mera ante un centro desde la banda izquierda, le quedó servido a Fernando Cordero. El inquietante jugador remató rasante y preciso para superar todas las piernas junioristas y la custodia de Viera.

El gol inyectó de valentía y energía a la escuadra austral y generaron varios sustos en la portería rojiblanca en los cinco minutos que se adicionaron en la primera etapa.