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Se puede ganar, empatar o perder, son las tres posibilidades que brinda el fútbol, lo importante es que siempre, pero siempre, se deje todo el sudor en la cancha en procura del triunfo. Mucho más cuando se trata de un partido relevante y ante un rival encopetado. Por eso lo mínimo que los hinchas de Junior esperan en el partido contra River Plate, este miércoles, a partir de las 7 p.m., en el estadio Monumental, de Buenos Aires, en la segunda jornada del Grupo D de la Copa Libertadores, es que el equipo le ponga garra, alma y corazón a su búsqueda de puntos.

Los Tiburones tienen que sacar lo mejor de sí para tratar de equiparar a un adversario sólido y con jerarquía, que de la mano de Marcelo Gallardo ha forjado un colectivo con dinámica, intensidad y ambición. Más allá de que en el último tiempo ha perdido varias piezas clave en su andamiaje  y es susceptible de correcciones y mejoras, el club argentino es de respeto y será un hueso duro de roer.

'Difícil, como son todos estos partidos y más con un equipo con las características de River', reconoció en entrevista con EL HERALDO Luis Amaranto Perea, quien no tiene problemas en reconocer las bondades del oponente a pesar de su pasado en Boca Juniors, el archirrival del cuadro de la banda cruzada.

'Más allá de mi paso por Argentina y mi rivalidad deportiva con River, yo creo que para cualquier entrenador enfrentar hoy a River es un desafío muy bonito. Lo otro no tiene nada qué ver, eran rivalidades deportivas, pero ahí se quedan', aclaró. 

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Perea admite que el reto de tratar que sus dirigidos puedan imponerse al que es considerado por muchos el equipo que mejor juega en el continente es emocionante y muy estimulante.

'Es una oportunidad bonita para sacar un buen resultado. Muchas veces estos partidos terminan dándote otras sensaciones y mejorándote. Es para disfrutar, sin duda', agregó en el diálogo publicado en esta casa editorial el pasado sábado. 

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Reflejar en el campo de juego esa motivación que representa enfrentar a uno de los grandes de Sudamérica es uno de los aspectos esenciales para dar la pelea.

Los rojiblancos también llegan con aire en la camiseta a este compromiso por la clara y contundente victoria 3-1 sobre Independiente Santa Fe en el juego de ida de los cuartos de final de la Liga.

Este triunfo acerca al equipo caribeño a la semifinal del torneo colombiano (todavía faltan 90 minutos de visitante) y sacude un poco el desánimo y pesimismo que había quedado tras el empate 1-1 ante el mismo conjunto bogotano en la primera fecha del Grupo D del torneo internacional, del cual también hace parte Fluminense de Brasil.

River, que igualó 1-1 en su visita al equipo de Río de Janeiro, en el debut copero, perdió 2-1 ante San Lorenzo, el domingo anterior, en el torneo local.

Gallardo no podrá contar con el defensa central Jonatan Maidana, positivo por covid-19, y con el delantero Matías Suárez, quien ya se había recuperado de una lesión, pero ayer fue separado de la concentración por entrar en contacto estrecho con un contagiado de coronavirus.    

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Perea y sus pupilos arribaron en la noche del lunes a Buenos Aires sin Germán Mera, Fabián Sambueza y Teófilo Gutiérrez. El defensa y el delantero continúan lesionados, mientras el volante argentino se quedó por decisión técnica.

¿Alcanzará con lo que hay para vencer al River? Ya veremos. Lo seguro es que esta clase de partidos se tienen que jugar con inspiración, cohesión, colectividad, solidaridad, ganas, enjundia, ímpetu, hambre y, sobre todo, como decía el maestro Fabio Poveda Márquez (q.ep.d.): 'Con fuego en el corazón'.