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Otro empate sin sabor, sin color y con poco que rescatar. Junior no enamora, no convence, no muestra síntomas de mejoría. Ante Jaguares mostró más de lo mismo, y quizá menos, porque esta vez no fue dueño ni de la posesión ni de la intención ni de las ocasiones más claras, siendo superado por un rival que, quizá, mereció más que esa pálida igualdad a un gol en su estadio, el Jaraguay de Montería.

Partido aburrido y para el olvido, al que solo puede rescatársele el punto conseguido, cuando ya todo estaba perdido, y esa reacción tardía, que, cree uno, vino más por amor propio que por capacidad.

Durante gran parte de los 90 minutos, Jaguares, a su manera y hasta donde el fútbol le alcanzó, fue amo y dueño del compromiso. Ha sido, sin duda, la oportunidad más clara que ha tenido el equipo felino, desde su ascenso, de superar —¡por fin!— al ‘Tiburón’, al que no ha podido derrotar en el Jaraguay (acumula seis derrotas y cuatro empates, sumando el de ayer).

Eduardo Sosa, Maicol Balanta y Pablo Rojas lideraron a un equipo cordobés atrevido, que intimidó en los primeros 45 minutos, sacudiendo lo predios defendidos por el arquero Sebastián Viera.