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Fue un festival del perdón. Una feria de piedad. Unión Magdalena se salvó de una goleada histórica en el clásico costeño. La sacó demasiado barata. El 3-1 final se queda corto y no es fiel reflejo de la notable superioridad que impuso Junior durante la mayor parte del partido, este sábado en el estadio Metropolitano, en la décima jornada de la Liga.

El tercer triunfo consecutivo de los ‘Tiburones’ fue el clásico baile, una paliza futbolística a la que solo le faltó más tino para evidenciarla nítidamente en el tanteador.

Junior se convirtió en una aplanadora que aplastó a los ‘Bananeros’, que sucumbieron impotentes ante el poderío de los pupilos de Juan Cruz Real.

De nada sirvió que Carlos Silva alineara cinco defensores y se atrincherara en su área, los anfitriones despedazaron a su oponente y no le anotaron siete u ocho goles (sin exagerar) porque Borja, Albornoz, Hinestroza y Uribe no estuvieron con la mejor puntería. Solo alcanzo para tres, pero era para muchos más. Le perdonaron una vergüenza mayor al Unión.

El partido comenzó movido y con emociones en ambas áreas. Una vaselina de Hinojosa ante Viera que Gabriel Fuentes desinfló oportuno cuando la bola buscaba la raya de gol, puso en alerta a los locales, que respondieron de inmediato en una jugada en el área a la que Miguel Borja no le pudo dar final feliz. Parpadeó y la pelota se les escapó.