Aunque muchos piensan que el festejo de Miguel Borja fue una provocación para los hinchas del Deportivo Cali o para el mismo Teófilo Gutiérrez, quien minutos antes le había dicho unas fuertes palabras, la realidad es que esto no fue así.
Después de anotar el empate 1-1 contra los caleños en el estadio Palmaseca, el ariete subió las manos y celebró su anotación con una sonrisa y agarrándose sus orejas algo ‘encogidas’, lo que generó una reacción de los jugadores del cuadro ‘azucarero’, los cuales pidieron una amarilla para el delantero, que fue amonestado luego de responder a los reclamos de Jorge Marsiglia, quien también fue sancionado por el árbitro Wílmar Roldán.