Sorprende su lucidez en el momento que la abordamos. Carmen Mejía Lavalle, hija de Micaela Lavalle Gutiérrez, matriarca que dio origen a Junior el 7 de agosto de 1924, hace ya 98 años, tiene justamente esa misma edad y suele presentar comportamiento senil, como es apenas lógico en una persona que está al borde de cumplir un centenario de existencia.
Sin embargo, en la mañana del sábado 6 de agosto, en vísperas de un nuevo aniversario de esa pasión rojiblanca encendida por su valiente madre, doña Carmen está reluciente, en sus cabales y tan feliz como un niño que se alista para ir al parque.
Tierna y amable, recién bañada, impecablemente vestida y sentada en una mecedora, luciendo una sonrisa que invita y abraza, recibió a EL HERALDO en la terraza de su casa en el barrio Olaya.
'Muchas gracias por acordarse de mi madre, que daba todo por Junior', dice orgullosa esta señora que es la viva historia del equipo que se ha convertido en símbolo de la ciudad y de la región Caribe.
La acompaña Guadalupe Rodríguez Mejía. ‘Lupe’, como prefiere que la llamen, es una de sus siete descendientes (dos mujeres y cinco varones) y una de los 19 nietos de Micaela Lavalle.
'Mi mamá siempre nos ha hablado de mi abuela y de cómo fundó a Junior. Ella, a pesar de su edad y sus achaques, está pendiente del equipo y pregunta si ganó o perdió', cuenta ‘Lupe’, con quien vive doña Carmen.
También está presente Jennyfer Rodríguez Stevenson, bisnieta de Micaela (una de los 14 que tuvo). 'Ella seguía mucho al equipo, pero en los últimos años nos vimos obligados a quitarle la televisión para los partidos por las emociones que le generan. Es muy apasionada. Antes iba al estadio y todo. Lloraba de felicidad y tristeza', cuenta Jennyfer.
'Ella siempre nos ha contado y recalcado quién fue Micaela Lavalle, y nosotros le hemos transmitido esa historia a nuestros hijos', agrega.