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¡Qué diablos los pronósticos! ¡Al carajo los favoritismos! Final es final y cualquier cosa puede pasar más allá de las campañas y estilos de cada equipo. No importa que 'Junior tenga la mejor nómina de Colombia' o que Millonarios practique 'el mejor fútbol del país', como afirman muchos periodistas y aficionados.

En Colombia se puede gritar campeón con la chequera o la cantera, con técnico recién llegado o con uno de proceso, 'jugando lindo' o 'siendo básico y práctico'. Los puntos, tocatas, taquitos, goles, triunfos y satisfacciones durante las otras etapas del campeonato, no cuentan en la final.

Los dos empiezan de cero. Lo que se hizo o lo que se diga, es cosa del pasado, no entra a la cancha. Lo que vale es el presente, gana el que sea efectivo y haga lo necesario en los 180 minutos de la serie por el título de Copa Colombia que ‘Tiburones’ y ‘Embajadores’ empezarán a disputar desde este miércoles, a partir de las 8 p.m., en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez.

Se juega por un trofeo que enriquecerá el palmarés del vencedor, por un cupo a la Copa Libertadores 2023 y por el orgullo en una rivalidad histórica entre dos clubes tradicionales del fútbol colombiano.

No es poca cosa. Por eso Junior debe salir con todo y contra todos los presagios que aseguran que Millonarios es el gran favorito y va a imponerse sin problemas en este desafío, a pesar de que los cuatro duelos que los azules y rojiblancos han sostenido este año, han resultado bastante parejos.

Los pupilos de Alberto Gamero ganaron dos juegos 1-0, uno en El Campín y otro en el ‘Metro’, con goles en tiempo de adición. Los rojiblancos vencieron en uno 2-1, en Barranquilla, también con un tanto en minutos añadido. El otro terminó empatado 0-0 en Bogotá.

Comesaña y su combo deben ignorar los augurios externos y tener claro que Millonarios es duro, pero en el fútbol nacional no hay invencibles.