Junior podía haber jugado 24 horas este lunes en el Parque Estadio Sur de Envigado, que igual la pelota no iba a entrar. Si no era la mala puntería de sus jugadores, era la mala suerte. Sino no era el VAR, era el árbitro quien anulaba la acción gol. Si no era Carmelo, que falló un mano a mano claro en el arranque, era Bacca, que erró un penal sobre el final, que terminó sepultando las posibilidades de triunfo de un Junior que sigue más enredado que nunca en la Liga BetPlay II-2022.