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Triunfo trabajado, luchado y elaborado. Junior peleó ayer contra todo y contra todos. No solo tuvo que superar a un rival como Cortuluá, que vendió carísima su derrota, sino también contra el pésimo arbitraje de John Alexander Ospina, que condicionó el juego desde el minuto 10, expulsando de manera injusta a Fabián Viáfara, dejando con un hombre menos al equipo rojiblanco desde bien temprano.

Pero eso no fue impedimento para que el cuadro barranquillero, obligado a ganar para seguir con vida en la Liga II-2022, se impusiera (2-1), con ‘uñas y dientes’, gracias a un doblete de Luis ‘Cariaco’ González.

Fue un partido sufrido desde todo punto de vista. De entrada las cosas comenzaron mal, con la expulsión de Viáfara, que puso contra las cuerdas a los dirigidos por Julio Comesaña y encendió las alarmas en la tribuna, donde los miedos comenzaron a apoderarse de los hinchas.