Hernán Darío Gómez vive sus mejores días en Junior. Luego de un inicio convulsivo, sumando dos empates y una derrota en sus primeras tres salidas como técnico rojiblanco, el experimentado antioqueño ha logrado darle vuelta al timón para reconducir un equipo que pasó de ser colero, con seis puntos, a estar hoy dentro del grupo de los ocho, con 21 unidades.
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Los rojiblancos no solo muestran una mejoría en la tabla sino también en lo físico y en lo futbolístico. Hoy el Tiburón se ve con fuerza, con confianza, motivado, con ganas e ilusionado. Aún con cosas por mejorar, como la definición, pero con la energía suficiente como para meterse nuevamente en la pelea.
'¿Que representa para mí estar hoy dentro de los ocho? Primero, que hay una buena unión entre cuerpo técnico y jugadores. Segundo, que estamos armando primero un buen grupo de familia que de fútbol, entonces todo eso nos va a ayudando a ser muy amigos y a luchar solidariamente en la cancha. A mí me agrada mucho esto, porque veo el equipo hacer cosas que se informan y se trabajan en la semana. Eso para uno como técnico es la felicidad', expresó.
Ante Jaguares, el ‘Bolillo’ destacó la paciencia que tuvo el equipo para desbloquear el partido, siendo fiel a su estilo de juego, donde predomina el toque, la posesión y la elaboración.
'Carlos (‘Piscis’ Restrepo, técnico de Jaguares) y yo nos criamos juntos, nos conocemos, y los equipos de nosotros se paran igual. ¿En qué teníamos que sacar la ventaja? En la elaboración. Y la mayor virtud fue que el equipo, a pesar de generar cinco o seis opciones de gol, no traiciona su estilo, no se sale de su trabajo, y sigue, con paciencia, elaborando, elaborando y jugando, y por ahí vino una opción que nos da un resultado justo (el gol de Edwin Herrera)', afirmó.
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