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No es cosa de todos los días. Una remontada como la que Junior protagonizó ante América (4-3 después de estar perdiendo 3-0), el miércoles anterior en el estadio Metropolitano, no se repite fácilmente. No es frecuente. Tiene que pasar mucha agua debajo del puente Pumarejo para volver a vivirla.  

Esta vez fueron cuatro años, 10 meses y 14 días los que pasaron para que el cuadro tiburón volviera a tener la satisfacción y orgullo de remar contra la adversidad de tres goles y sacar a flote la victoria.