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A Junior se le escapó la Superliga en una noche fría, donde las cosas no salieron de la mejor manera.

Los rojiblancos sufrieron el primer traspié de la temporada, al caer este miércoles 2-0 ante Millonarios, un rival que, sin ser muy superior, lo sobrepasó en la segunda parte, aprovechando los errores ingenuos del cuadro barranquillero en la salida.

Duele caer. Sin importar el valor del título en juego, las finales se hicieron para ganarse y Junior vio cómo se le escapó en Bogotá un título que le hubiese dado bases sólidas a un proyecto ambicioso —que sigue en pie— en el año de su centenario.

No había ambiente de final, incluso no se llenó El Campín, pero eso no fue impedimento para que los embajadores levantaran el título ante su afición, que despertó con los goles del argentino Santiago Giordana y de Leo Castro.

Los rojiblancos, que se habían impuesto por 1-0 en el juego de ida, disputado en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, no tuvieron la fuerza necesaria para defender esa ventaja mínima, en una segunda parte para el olvido.

Junior vino a Bogotá a darle manejo al partido, atrincherándose en tres cuartos de cancha, donde armó una línea de tres —Hómer Martínez, Didier Moreno y Víctor Cantillo— con la buscaba frenar el ímpetu del local y darle mas manejo al balón, sin perder equilibrio.

Lo logró en una primera parte aburrida, donde el local se mostró sin la fuerza necesaria para superar el bloque rojiblanco, bien parado y compacto.

Así se fueron 45 minutos lentos, sin emociones, donde no se produjo absolutamente nada de parte y parte.

La etapa complementaria pintaba igual. Arturo Reyes movió el banco para descargarse de amarillas —hasta cuatro jugadores fueron amonestados, tres de ellos en defensa—, dándole ingreso a Vladimir Hernández y Edwin Herrera, pero ninguno de los dos aportó lo de los salientes José Enamorado y Wálmer Pacheco.

La diferencia estuvo en la falta de concentración de un Junior que caminó por la cornisa, abusando de la salida con pelota al pie, desde el fondo.

Así llegaron los goles ganadores del cuadro embajador. Ambos nacidos de pelotas perdidas al borde del área, en medio de titubeos tratando de recuperarlas.

Santiago Giordana aprovechó el primero, clavando el mano a mano en un ángulo imposible para Santiago Mele, mientras que el segundo, en una acción muy parecida —perdida de un balón infantil al borde del área— tuvo como protagonista a Leo Castro, que capturó el balón en solitario y también liquidó al arquero rojiblanco con un disparo cruzado.

Entre un gol y otro, el ingreso de Carlos Bacca —sorpresivamente suplente— le dio un nuevo aire a la ofensiva rojiblanca. El porteño se movió, buscó, pivoteó y asistió, dejándole la más clara a Yimmi Chará, que falló en el mano a mano con el arquero guajiro Álvaro Montero. Era el empate, Junior lo erró y lo pagó caro, porque minutos después llegó la sentencia ya mencionada por Leo Castro.

No había fuerzas ni recursos para buscar el tanto que llevara la serie a los penales. Chará y Cantillo terminaron sin piernas. Vladimir nunca entró en el juego. Arturo Reyes desarmó el tres en el medio con el partido perdido, pero ya era muy tarde. Junior recibe así el primer mazazo de la temporada.