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Tiburón que se duerme... se lo lleva la corriente de los eliminados y se queda sin cuadrangulares semifinales. Nada de contar ovejitas, ojo con una siesta, solo se permite cabecear para rechazar y para anotar. Hoy está terminantemente prohibido roncar. ¡Despierto todo el mundo!

Junior no puede ni parpadear ante Deportivo Cali, hoy, a partir de las 5 p.m., en el estadio de los ‘Azucareros’, en la última jornada de la fase regular de la Liga, donde se juega su clasificación a los cuadrangulares finales. Una equivocación puede ser fatal, no hay más margen de error.

Los rojiblancos, que debieron haber asegurado su paso a la siguiente instancia liguera con mucho tiempo de antelación para evitar angustias y el desgaste de su plantilla en medio de los tramos cruciales de la Copa Libertadores y el torneo doméstico (justo lo que están padeciendo), debe ganar o empatar para clasificar sin depender de nadie.

Si termina derrotado, tendrá que cruzar dedos, hacer fuerza y elevar plegarias para que el Medellín no le gane a Envigado o para que se presente uno de los siguientes resultados: que Once Caldas pierda ante América en Manizales o que Millonarios caiga ante Chicó en Bogotá.

Obviamente que lo mejor para Junior es hacer su tarea ante los verdiblancos y no estar pendiente de lo que sucede en otras plazas.

No es un partido fácil. El equipo en el que juegan futbolistas de experiencia como Álex Mejía, Jarlan Barrera, Fredy Montero, Javier Reina y Andrey Estupiñán, entre otros, se va a fajar porque está en una lucha por evitar el descenso.

Las ausencias de Déiber Caicedo y José Enamorado (por lesión), dos de las principales armas de ataque del ‘Tiburón’, pueden pesar. Reyes y los pupilos con los que cuenta tendrán que arreglárselas para suplirlos y armar un buen onceno inicialista.

Seguramente será una última jornada con drama. Ojalá con final feliz para Junior.