Carlos Bacca nunca pasa desapercibido. Su trayectoria y éxitos en Europa son reconocidos en las distintas plazas que visita Junior. Quito no fue la excepción y el porteño era el principal objetivo de los periodistas ecuatorianos. Mucho más después de protagonizar la quirúrgica asistencia (por lo punzante y precisa) que le hizo a José Enamorado para que marcara el gol que significó la victoria 1-0 frente a Liga Deportiva Universitaria, el martes anterior en el estadio Rodrigo Paz Delgado, en la penúltima fecha de la Copa Libertadores.
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“Gracias a Dios que me ha dado ese talento, esa visión, esa virtud de saber jugar. En una jugada logro darme vuelta y veo que Enamorado me hace un gran movimiento, y bueno, gracias a Dios le doy un buen pase y después la jugada finaliza en gol”, expresó el legendario artillero rojiblanco en la zona mixta, donde fue rodeado por los diferentes medios de comunicación.
Bacca se abrazó con varios integrantes del equipo albo al final del juego, incluido el técnico español Josep Alcácer, quien lo dirigió en su país como asistente del Villarreal y Granada.
