Hace 20 años Junior gestó una de sus hazañas más grandes y más recordadas. Un 19 de diciembre de 2004 el equipo rojiblanco conquistó su quinta estrella al vencer a Atlético Nacional nada más y nada menos que en el estadio Atanasio Girardot de Medellín.
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El onceno currambero se impuso en la tanda de penales luego de haber igualado 5-5 en lo que es para muchos una de las mejores finales en la historia del fútbol profesional colombiano.
Fueron varios los ídolos que salieron de aquella batalla que se libró en tierras antioqueñas. Uno de esos fue José Amaya, quien en conversación con EL HERALDO recordó detalles de aquella alegría que conquistaron.
“Fue un momento lindo. Después de haber estado cerca de un título contra Once Caldas, que lo perdimos, llegó el momento del título. Ese fue mi primer título como futbolista profesional, el sueño de ser campeón con el equipo en el que siempre he sido hincha, en el equipo el que uno siempre quiso jugar. Fue un momento bastante especial para mí, en el cual lo disfruté al máximo y sabía que era un trampolín importante para mí, para lo que venía como jugador profesional”, declaró.
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“En su momento, me acuerdo yo que nosotros hablábamos, este título va a pasar a la historia, nos encontraremos en tantos años y vamos a estar hablando de lo que pasó en ese momento. Y siempre lo recordamos, porque fue un título que es uno de los más recordados por el hincha, por el barranquillero, de poder lograr ese título tan anhelado y en Medellín, frente a Nacional, frente a una institución como es Nacional, que es un rival histórico y darle la vuelta olímpica en el Atanasio. Fue algo muy bueno y que siempre lo vamos a estar recordando ese momento. Cada vez que nosotros nos encontramos en partidos que hacen por ahí, siempre recordamos esos momentos especiales que vivimos hace 20 años”, complementó.
‘Ringuito’, que también fue campeón en 2011 con el club barranquillero, dijo que hubo un momento en el que estuvieron muy ansiosos en el juego.
“Hubo un momento en el que estábamos bastante ansiosos, porque veíamos que Nacional llegaba y nos hacía los goles y por ahí no despertábamos en el momento porque estábamos como como adormecidos por lo que se estaba viviendo en ese momento. De todas maneras nosotros confiábamos en el buen trabajo, en el buen proceso que se había hecho. La gran mayoría éramos jugadores de las divisiones menores, de Barranquilla, de la costa, de nuestra región y sabíamos que era la oportunidad de vencer y para poder quedar en la historia había que ganarle ese partido. Confiábamos en Dios, en nuestro trabajo, en nuestras condiciones y por eso nunca bajamos los brazos, tuvimos la fortaleza en medio de un momento crítico, en una situación difícil, complicada, en donde ya Nacional nos pasaba por encima el, pero tuvimos esa actitud, ese pundonor para revertir el momento y mandarlo a los a los penales”, comentó.
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El atlanticense dijo que hubo temor por perder esa final, pero que el argentino Walter Ribonetto, autor del segundo gol del equipo en el Atanasio, les dio un mensaje de calma.
“Hubo temor, era normal. Nosotros somos seres humanos, lógicamente siempre pensamos en que se puede revertir la situación, pero había temor, había susto porque pensábamos que no podíamos llegar a Barranquilla sin ser campeón después de haber hecho un partido magnífico. El 3 a 0 aquí frente a Nacional decíamos, no podemos llegar a Barranquilla, porque todo el mundo está con ganas de ver a su equipo campeón y no podemos nosotros llegar a Barranquilla sin el título. Nos mirábamos la cara y nos arrodillábamos. Me acuerdo que yo volteo y Hayder arrodillado, pidiéndole a Dios que podamos revertir el tema, la situación. Luego sucedió el gol de Ribonetto acabándose el partido. Recuerdo yo una anécdota en su momento que llegábamos todos, mete el gol, Walter incluso yo decía, ¿pero y Walter qué hace allá arriba? Cuando lo veo allá y que coloca el borde interno hacia el balón y le pega al arco. Cuando vemos que se infla esa malla, nos vamos todos a abrazarlo a él. El estadio se silencia y Walter dice mira cómo callamos el estadio. Ahora sí llegó el momento nuestro, esto siempre pasa cuando el equipo va a ser campeón y pum, fuimos campeones”, aseguró.
El exjugador dijo que en ese día no sabía que Hayder Palacio había salido y que luego del juego se la “montaron” por no patear un penal.
“En el quinto gol yo volteo a mirar para todos lados, y yo decía, Hayder, ¿Dónde está? Ya lo habían sacado, y ya estaba dirigiendo con ‘el Zurdo’. Yo dije, pero en qué momento, como que fue por una lesión que dijo no puedo más, como que se asustó. Después se la montamos, pero seguro estaba lesionado, porque Hayder era un man de finales”, señaló.
El excentrocampista expresó que ese día salieron en tanqueta del escenario deportivo y que en su llegada al aeropuerto en Bogotá se desató la locura con los hinchas.
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“En la tanqueta ya era el desorden y todo. Nosotros estábamos en tanqueta, pero somos campeones, salimos siendo campeones del Atanasio. Nos recogieron, recuerdo yo allá en Las Palmas, por allá lejos, hicimos ahí el transbordo en otro bus para irnos para el aeropuerto. Y cuando nos fuimos llegamos a Bogotá y cuando hacemos escala en Bogotá, no pudimos, porque teníamos que esperar un rato mientras que salía el otro vuelo. Tuvimos que correr por la pista porque era la locura, los barranquilleros en El Dorado, la gente esperando, sabían que llegábamos allá, hacíamos ahí el transbordo, y se armó la locura con la gente en Bogotá. Eso fue una locura, la gente feliz, la gente contenta, nos metieron por otra parte, porque estaba el puente aéreo en su momento nada más. Pero eso parecía que era el Ernesto Cortissoz, se sentía una locura. Tuvieron que meternos por otro lado, por la pista, para poder coger otro avión, una locura”, manifestó.
Por último, José Amaya contó una anécdota que le sucedió con Antonio Char, quien era el presidente del equipo en ese momento.
“Yo tengo una anécdota con ‘Toño’ (Antonio Char). ‘Toño’ es muy duro (risas). Yo para esas fechas me iba a casar y yo le dije, ‘Toño’, necesito esto, necesito tanto de plata, necesito que me prestes, que me anticipes, me pagues una, me prestes un dinero. Y él dijo ‘ya me vas a enyesar’ (risas). Luego me dio un cheque, le di las gracias. Cuando quedamos campeones y lo veo en Bogotá, le digo ‘Toño’, Toño, esa plata ya es un regalo tuyo. ¿Cómo no me lo vas a regalar siendo campeón? Soy un jugador tuyo, un proyecto importante, yo soy mejor prospecto tuyo, ¿Qué me vas a cobrar de esta vaina? Cuando hacen la liquidación ahí aparece el descuento. A ‘Toño’ no se le olvida nada”, concluyó.