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Aunque el panorama económico nacional durante los últimos años ha sido relativamente positivo —si tenemos en cuenta las dificultades del contexto internacional—, el desempeño del mercado laboral todavía es el principal punto negro que empaña el crecimiento del país. Sobre todo porque en el empleo se encuentra una de las principales estrategias para reducir la pobreza.

Ahora bien, los datos del mercado laboral que presentó el Dane la semana pasada muestran una ligera disminución en la cifra de desempleo nacional para el año 2013, con un promedio de 9,6%, lo cual mantiene la tendencia de este indicador desde hace cuatro años.

Según el informe, el Caribe fue la región que tuvo la mayor disminución en la tasa de desempleo, al pasar de 11,9% a 8,3% entre el segundo semestre de 2007 y el mismo período en 2012. Sin embargo, los resultados hay que mirarlos con atención antes de celebrar, pues hay variables que aún preocupan para la región.

Por un lado, la región tiene el valor de participación laboral más bajo del país, si bien ha crecido ligeramente por encima del promedio nacional. De las ciudades del Caribe, Cartagena y Barranquilla poseen las tasas de participación más bajas, aunque también tienen las tasas de desocupación más bajas, 9,5% y 8%, respectivamente.

Entre las razones principales que explican este fenómeno, un estudio realizado en 2012 por Marc Hoffstetter, columnista de La República, señala que los patrones culturales inducen a una menor participación laboral femenina, lo cual conduce a menor presión en el mercado laboral y consecuentemente, a menores tasas de desempleo.

A diciembre de 2013, sólo Montería presentaba una tasa de desempleo superior al 10%; y la mayor disminución en el nivel de desempleo la presentó Riohacha, pasando de 16,8% en 2007 a 8,6% en 2013; una disminución de casi 50%.

Cabe destacar que los niveles de subempleo subjetivo en la región han disminuido drásticamente. Pasaron de 36% en 2007 a 26% en el primer semestre de 2013. En contraste, el dato nacional ha bajado de 36% a sólo 31%.

Lucha contra la informalidad. El presidente Santos destacó que durante su gobierno se han creado más de 2 millones 180 mil empleos, en su mayoría formales. Y si bien es cierto que son varios los esfuerzos en política pública por combatir la informalidad, mediante estrategias e incentivos a los empleadores, falta mucho para completar la tarea. La informalidad en el país es del 48%.

Usualmente se considera que uno de los obstáculos para la formalización laboral viene representado por los elevados aportes a Seguridad Social y Parafiscales que realizan los empleadores. Para esto se aprobaron reducciones a la carga que tienen las empresas en esta materia, con el fin de incentivar la contratación formal y de calidad.

Sin embargo, Cristian Picón, coordinador del Ormet (la Red de Observatorios Regionales del Mercado de Trabajo, del Ministerio del Trabajo) Barranquilla, considera que todos estos esfuerzos no siempre se reflejarán en las cifras oficiales. El criterio principal que se utiliza para clasificar como informal a un trabajador es la cantidad de empleados que tenga la empresa o el establecimiento donde labora (que para el Dane es cinco trabajadores, incluyendo al propietario).

'De modo que aunque se formalizara empresarialmente todos los negocios informales de ventas ambulantes, se inscribiera en seguridad social a todos los vendedores ambulantes del Área Metropolitana de Barranquilla, conductores de vehículos de tracción animal y similares, no habrían cambios en los indicadores de informalidad de las cifras oficiales', dice Picón, y agrega que solo estudios locales podrían evidenciar realmente el impacto de estas políticas y los niveles de informalidad.

Por ahora la tasa de desempleo nacional en un dígito no deja de ser alentadora, pero tampoco se debe olvidar que es la más alta de la región. Los retos están principalmente en mantener la dinámica de creación de nuevos empleos formales y de calidad, así como en reactivar los sectores de la economía que son ricos en mano de obra.

El caso de Argentina

Según la Organización Internacional del Trabajo, Argentina presentó una disminución de la informalidad en 2013. Esto debido a la recuperación del empleo asalariado tras la crisis de 2001 y el aumento en la cualificación de la mano de obra, gracias a las políticas de protección del empleo como la aplicación de contratos a plazo fijo, reducción en costos de despido y finalización de contratos y disminución de los aportes de empleadores a seguridad social de los empleados.

Pero el mismo informe anota que el principal aporte a la formalización provino del contexto internacional favorable que permitió altas tasas de crecimiento económico.

Niveles de informalidad y mercado laboral (Infografía)