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A nivel mundial, uno de los países al que más trabajo le ha costado superar los efectos económicos que genera la burbuja inmobiliaria ha sido España.

Este fenómeno, que todavía afecta a España, se remonta al año 2008 y se enmarca en la recesión económica que experimentaron los países de Europa.

En el caso español, uno de los motivos de la crisis fue que las entidades bancarias desplegaron una estrategia de promoción de créditos para la compra de vivienda, la cual fue masivamente aprovechada por los clientes.

Sin embargo, cuando los efectos de la crisis económica mundial empezaron a sentirse en España, uno de los efectos inmediatos fue la desaceleración en la construcción de vivienda y una brusca caída en la expectativas de adquisición de bienes raíces por parte de los ciudadanos españoles, muchos de los cuales se quedaron sin capacidad para pagar los créditos que les ofrecieron los bancos.

Por si fuera poco, las personas que tenían dinero depositado en los bancos decidieron retirarlos ante la amenaza de que se perdieran cuando las entidades bancarias se declararan en quiebra.

Esto generó un problema de liquidez a los bancos que los dejó sin recursos para sortear la crisis.

Actualmente hay mucha desconfianza en el sector de la construcción en España.

El inicio de la crisis

La recesión económica mundial en 2008 tuvo su inicio en Estados Unidos dos años atrás.

En el año 2006, la burbuja inmobiliaria afectó a la economía estadounidense. El fenómeno cobró vida en ese país como consecuencia de los créditos subprime, que se caracterizan por su alto nivel de riesgo.

La subida del petróleo, el aumento de la inflación y el estancamiento de los créditos , entre otros aspectos negativos, dieron inicio a la crisis de la economía estadounidense en 2006.

Por tratarse de la primera economía en el mundo, la crisis de Estados Unidos se hizo extensiva a diversos países, siendo los más afectados en Europa y Latinoamérica.