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Según cifras del Dane, las exportaciones hacia Estados Unidos han caído 21,4% en los últimos 12 meses, hasta junio de 2015, mientras que las importaciones han crecido en un 10% desde 2011. El Observatorio de Comercio Internacional (OBCI) de Uninorte analizó en detalle el panorama de este TLC, los resultados en sus primeros tres años, el comportamiento de los principales sectores e identificó las políticas de exportación que debe impulsar Colombia para mejorar los indicadores.

Silvana Insignares, directora del OBCI, señala que en términos generales, la ventana de observación aún es muy corta. 'Sin embargo, se puede señalar que hay sectores beneficiados por el incremento del volumen de exportación y otros han quedado muy expuestos al aumento de las importaciones'.

El sector del agro, uno de los más sensibles, ha tenido resultados negativos. De acuerdo con el informe del OBCI, las cifras apuntan a que todo el sector pasó a ser importador neto, debido al desplazamiento de la importación de cereales de Mercosur por parte de Estados Unidos, explicado por la recuperación de las preferencias arancelarias en el marco del TLC.

El saldo comercial en estos tres años de TLC en productos como el arroz y el maíz ha sido deficitario. El déficit del arroz semiblanqueado o blanqueado, por ejemplo, pasó de 54 millones de dólares (2012) a 67 millones (2014). Para el maíz diferente de siembra el déficit comercial creció: en 2012, fue de 61 millones de dólares y en el 2014 pasó a 891 millones.

Jairo Agudelo, docente de Relaciones Internacionales de Uninorte, dice que visto desde una panorámica general, los resultados del TLC verifican lo que se temía no solo por la asimetría de las partes sino por la forma en que se negoció diplomáticamente.

No obstante, sectores como la industria textil, de materiales de construcción y de algunos productos alimenticios y frutas muestran un balance positivo. Según el OBCI, la balanza comercial en los últimos años ha sido superavitaria en el sector textil gracias a los buenos resultados en las exportaciones de prendas de vestir, reconocidas en los mercados internacionales por su calidad y, además, por el impulso dado por las diversas ruedas de negocios entre productores colombianos y compradores estadounidenses.

Igualmente, más allá de lo bien o mal que hayan reaccionado los sectores locales para afrontar la competencia del TLC con Estados Unidos, durante este tiempo jugaron factores de corte coyuntural y estructural que incidieron sobre los resultados.

En primer lugar, entre el inicio del tratado hasta mediados de 2014, la tasa de cambio favoreció las importaciones de bienes agrícolas e industriales, lo que en parte explica el deterioro en la balanza comercial en el agro. En segunda instancia, también influyó el auge y desplome de las exportaciones minero-energéticas.

Políticas para la exportación. Quizás, la principal problemática alrededor de un tratado entre dos economías tan diferentes, son las disparidades en materia de competitividad y oportunidades. Los agricultores, por ejemplo, han denunciado que la competencia desigual, la carencia de crédito y asistencia técnica se han configurado en su contra y los han obligado a reducir el área de siembra, como en el caso de los cultivos subsidiados de maíz que vienen del extranjero.

Para remediar esto el país necesita promover un modelo de desarrollo rural que además de la provisión de bienes y servicios públicos, impacte en la competitividad, la innovación y la transformación del modelo de negocio.

'Hay que dejar de exportar el agro y los commodities, y empezar a generarle valor agregado a los productos para exportar más bienes finales. En últimas, apuntando a exportar únicamente insumos, favorecemos más a otras economías', comenta José Polo, docente del IEEC de Uninorte.

Las políticas deben orientarse a la diversificación de mercados y productos. Igualmente, hay que apuntarle a acelerar la agenda interna, con el objetivo de mejorar la rentabilidad de sectores potenciales exportadores hacia los Estados Unidos. Esto incluye el abaratamiento de los costos de transporte, las cargas no-salariales, la agilización de procesos de aduana, Invima e ICA, y el mejoramiento de la infraestructura.

Resultados en la región

Según el informe del OBCI, los departamentos del Caribe colombiano que más han aprovechado el TLC con los Estados Unidos, visto desde el crecimiento del valor de las exportaciones, han sido Córdoba, Sucre, Santander, Cauca y

Atlántico, con niveles de por lo menos 20% de crecimiento promedio anual entre el 2012 y el 2014. En los casos de La Guajira y Bolívar, las caídas en sus exportaciones corresponden principalmente a las dinámicas registradas en productos como el carbón y el petróleo, respectivamente.