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En numerosos países, incluido Colombia, mantener la estabilidad de precios se ha convertido en el objetivo único (o por mandato constitucional) de las autoridades monetarias. Los argumentos en favor de enfocarse exclusivamente en esto son conocidos: la inflación aumenta el riesgo y esto reduce la inversión. Incluir más objetivos (como mantener un 'piso' del tipo de cambio) puede hacer que las autoridades pierdan el control de las condiciones monetarias.

La experiencia histórica traumática de alta inflación sin crecimiento también ha sido un factor importante de la visión ortodoxa del rol de los bancos centrales. A nivel teórico, quizás el argumento más influyente es la idea según la cual existe un nivel 'natural' de empleo y de producción y que este es menor si la inflación es alta.

Sería difícil argumentar en favor de la inflación sin crecimiento, en favor de la pérdida del poder de compra o en favor de la inflación con menos empleo.

En economía, sin embargo, las cosas son más complejas de lo que la visión ortodoxa en su versión más simple parece creer.

A nivel teórico, ha habido una cantidad significativa de argumentos persuasivos que demuestran que la estabilidad de precios es consistente con múltiples equilibrios en el mercado de trabajo y que algunos de estos son más favorables para el crecimiento y el desarrollo que otros. No es en absoluto obvio que la estabilidad de precios deba ser el mandato único. ¿Por qué la Reserva Federal sí incluye en su mandato favorecer el empleo y el crecimiento?

Pensando, además, en temas de economía política (en los ganadores y perdedores de la actividad económica) piénsese en la forma en que a menudo se mantiene la estabilidad de precios: alzas en la tasa de interés.

En países en desarrollo, en donde los mercados de crédito son poco desarrollados y por ello en general solo las empresas grandes pueden financiar sus inversiones, pues tienen mayores flujos de caja o acceso a crédito externo, la inversión de las empresas pequeñas y medianas podrá reducirse. Para algunos, los precios bajos pueden tener un costo alto.

*Profesor del IEEC, Uninorte

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen la posición de la Universidad ni de EL HERALDO.