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En lo corrido del año, Colombia ha tenido que hacer frente a los efectos inflacionarios de la economía por varias coyunturas nacionales e internacionales. Según el último reporte del Índice de Precios al Consumidor del Dane, en el mes de septiembre hubo una variación de 0,72%, y en el agregado del año llegó a 4,76%; cifra superior en 1,68 puntos porcentuales a la registrada para este mismo periodo el año anterior (3,08%).

Ante esta situación, las expectativas del mercado para la inflación a final de año ya se encuentran en un rango de entre 5,5% y 6%. Igualmente se empiezan a incrementar las expectativas para el año 2016, especialmente por el impacto que tendría en el aumento del salario mínimo.

De acuerdo con Jorge Quintero, docente de Economía de Uninorte, los principales determinantes del incremento de la inflación en 2015 están relacionados con la oferta. 'La depreciación del peso, que ha incrementado el precio de los productos importados, y el aumento en el precio de los alimentos, como consecuencia de aspectos climáticos relacionados con el fenómeno de El Niño, son los dos factores clave', dijo.

Los costos de los productos importados impactaron la inflación sin alimentos, que llegó a 4,6% anual, al corte de septiembre de 2015. Alejandro Torres, jefe del Departamento de Economía de Eafit, señala que la devaluación nominal de la tasa de cambio originada por el ajuste de la economía a las nuevas condiciones externas ha generado un aumento en el precio de los bienes importados, incluyendo insumos de varios sectores nacionales, lo que se traduce en el aumento de los precios de los bienes domésticos.

A nivel externo también ha influido el temor constante a los incrementos de las tasas de interés de la FED en Estados Unidos, que ha limitado las medidas de ajuste del Banco Central por la desaceleración económica mundial que podría provocar.

'Un aumento de la tasa de interés por parte de la FED conducirá, seguramente, a una devaluación adicional del peso, que alimentará la inflación doméstica y obligará al Banco a tomar medidas. Aunque la pregunta es cuándo', indicó Torres.

Incremento del Salario mínimo

Uno de los puntos críticos de la inflación está relacionado con el efecto que pueda tener sobre la generación de empleo formal en el país, sin que se afecte el poder adquisitivo de los trabajadores (cerca del 60% gana un salario mínimo al mes).

En diciembre, cuando se reúna la comisión tripartita (gobierno, empresario y sindicatos) para discutir el reajuste del salario mínimo legal que regirá en 2016, la fórmula podría sugerir un incremento cercano al 7%.

Sin embargo, la volatilidad de las condiciones mundiales (crecimiento, tasas de interés, precios de commodities), que se han transmitido a las economías en desarrollo como la colombiana, podría limitar el incremento del salario.

'Si bien los trabajadores van a exigir un mayor ajuste salarial por la inflación de este año, seguramente los empresarios no van a ceder argumentando que ha habido un bajo crecimiento de la producción en el país', señaló Quintero.

Por su parte Remberto Rhenals, profesor de macroeconomía de la Universidad de Antioquia, sugiere que la inflación debe haber reducido el salario medio real de la economía durante la mayor parte del año. 'A no ser que se decrete un alza del salario mínimo mayor que la inflación causada, el probable deterioro del mercado laboral (mayor desempleo) debe frenar el alza del salario real'.

'En 2016 la inflación va a depender principalmente de qué tanto se mantengan los factores de oferta que actualmente están golpeando a la economía', agregó Quintero.

¿Cómo frenar la inflación?

Si bien las alzas de la inflación llevaron al Banco de la República a aumentar su tasa de interés en 50 puntos básicos y llevarla al 5,25%. Intervención que todavía no se siente en la economía. 'La transmisión de la política monetaria al resto de la economía toma tiempo (varios meses), y por esta razón es probable que los efectos de este aumento de la tasa de interés aún no sean claros', explica Alejandro Torres.

Desde esta perspectiva es muy probable que el Banco mantenga prudencia frente a un eventual nuevo aumento de la tasa de interés en noviembre. En primer lugar, podría esperar a que el incremento en la tasa se refleje en la economía y analizar cómo proceder. En segundo lugar, con la prudencia de incrementar las tasas evita desacelerar la economía. En últimas, son decisiones con efectos que no se pueden predecir.