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La multinacional Glencore, con sede en Baar, Suiza, es considerada una de las firmas más importantes del sector minero energético en el mundo. Actualmente tiene presencia en más de 50 países, entre los que se encuentra Colombia, a donde llegó en 1995.

Desde entonces sus negocios han crecido exponencialmente en territorio nacional y desde hace pocos años las autoridades le han puesto la lupa encima. Los dos escándalos más recientes están relacionados con el sobrecosto de Reficar y con la posible infracciones a la libre competencia en Puerto Nuevo.

Para saber cómo una compañía suiza, especializada en la generación de materias primas y minerales, en la adecuación de productos energéticos y en el suministro de productos de agricultura, se interesó en un país como Colombia o Kazajistán, hay que mirar quién está a su cabeza. Iván Glasenberg, un sudafricano próximo a cumplir 59 años, tomó las riendas de las operaciones globales de Glencore en el mundo en 1990, tras estar seis años en la firma.

En 1994 sus ambiciones crecieron y junto a algunos ejecutivos le compró la empresa a Marc Rich, quien hasta ese momento no había querido expandir la firma. Pasó un año para que Glasenberg pusiera sus ojos en América Latina, específicamente en Colombia.

Fue así como en 1995, Glencore decidió entrar al mercado minero colombiano con la compra del 100% de la productora nacional minera Prodeco. La movida fue estratégica, pues con la adquisición, la suiza se quedaba con las operaciones de: Puerto Zúñiga; de Calenturitas, en el Cesar y de la mitad de las operaciones en Cerrejón Centro.

Desde entonces bastaron 11 años para que Glencore adquiriera otras cuatro empresas en busca de la consolidación de un negocio, que en 2011 dio sus frutos más importantes tras el reporte en el que la firma alcanzaba la cifra récord de 14 millones de toneladas de carbón producidas en el país. Desde 1995 y hasta 2007, Glencore, que en Colombia es representada por Damila Holding, se quedó con: Carbones de La Jagua, el Consorcio Minero Unido, la Sociedad Portuaria Nuevo Puerto y Carbones El Tesoro.

La época de ires y venires para la firma parece ser 2006, cuando en medio una polémica se adjudicó más de la mitad de las operaciones en Reficar (51%). Contrato que duró tres años y que se cuestionó hace un par de días por los sobrecostos que expuso la Contraloría General de la República y en el que Glencore sale como una de las antagonistas, pues se presume que no cumplió con los parámetros del contrato. Sumado a esto, en 2009, Ecopetrol con una suma de US$549 millones vuelve a adquirir la participación de Reficar que anteriormente le había vendido a Glencore.

Además, la Contraloría General de la República dio a conocer que el contrato que tenían Ecopetrol y Glencore quedó amarrado a la firma CB&I, contratada por la suiza para la construcción, diseño, ingeniería, instalación y demás actividades de la remodelación de la refinería.

A un año de haber salido de Reficar, Prodeco, firma de Glencore, tuvo otro encontronazo con la Contraloría. Esta vez el órgano de control inició un proceso de investigación por supuesto detrimento patrimonial relacionado con la fragmentación de títulos. A la empresa se le impuso finalizando el año pasado una multa de $60.023 millones por dejar de dar las regalías correspondientes por la explotación de la Mina Calenturitas en Cesar. En la sanción, también fueron salpicados el exministro de Minas y Energía, Hernán Martínez y el exdirector de Ingeominas, Mario Ballesteros. La caída más reciente de Glencore en Colombia estuvo de la mano de la Superintendencia de Industria y Comercio. El ente regulador abrió pliego de cargos contra Prodeco y Puerto Nuevo por la posición dominante en el transporte del carbón en la zona de Ciénaga, Magdalena.

La Superindustria argumenta que la Sociedad Portuaria Puerto Nuevo es el único puerto público de esta región y está impidiendo el uso de la terminal marítima por otras empresas de carbón interesadas en exportar el mineral. Incluso se vieron vulneradas CNR, Sloane, GDF Suez y Carbones Suramericanos, según reseñó la SIC.

Cabe recordar que Glencore tiene una participación de 36% en Fenoco desde 2006 y por dicha línea ferrea es más economico transportar el mineral lo que le da beneficios adicionales en la zona.

Otras de las irregularidades que ha protagonizado la multinacional está relacionada con una multa impuesta en 2012 por la Superintendencia de Sociedades. El ente de control sancionó con $500 millones a Dalima Holding y a sus subordinadas por registro extemporáneo. Es decir, por no reportar a tiempo quién era su casa matriz.

¿Qué cifras mueve?

Con cinco empresas subordinadas, el grupo se constituye como una de las firmas más importantes del sector minero de Colombia y la región.

Tres de sus subordinadas: Prodeco, Carbones de La Jagua y el Consorcio Minero Unido, sumaron, en 2014, ingresos operacionales por más de $4 billones gracias a las iniciativas que en mayor medida desarrollaron en Cesar y Magdalena. Aunque cabe resaltar que Prodeco, la compañía más grande del grupo, para ese año reportó una de sus números más críticos en lo que se refiere a las utilidades. La firma comunicó, en ese rubro, pérdidas superiores a $235.000 millones.

Los nombres tras las firmas que han representado las operaciones de la compañía en el país son tres. Mark McNamus, Abraham Smit y Federick William Smith, aparecen como los representantes y titulares tanto de Prodeco como en Carbones de La Jagua y el Consorcio Minero Unido.

Otro de los nombres recurrentes y que parece ser protagonista es el de María Margarita Zuleta, actual directora de Colombia Compra Eficiente y que aparece como representante legal de Dalima Holding al momento de la sanción interpuesta por la Supersociedades. LR se contactó con Zuleta, pero argumentó no poder referirse al papel de Glencore en el país por ser funcionaria pública.

Tras una serie de investigaciones en las que el nombre que se repite es el de Glencore, esta firma está hoy bajo la lupa de las autoridades por líos contractuales y de competencia. A la espera está el mercado de qué va pasar con Glencore en tres procesos clave: el de la Contraloría, el de arbitraje por el caso Reficar y la SIC que está en pliego de cargos por Puerto Nuevo.

América Latina, la mina de oro de Glencore

Uno de los objetivos de Iván Glasenberg al llegar a la presidencia de la compañía estuvo en la necesidad de expandir sus negocios por América Latina, región en la que tiene más proyectos sacando a los que lidera en Colombia. En Chile, por ejemplo, la empresa opera la mina de cobre de Collahusi. En Perú está a cargo del complejo minero de Antamina. En Bolivia en cambio lidera el funcionamiento de Sinchi-Wayra. Finalmente, uno de sus proyectos más sobresalientes lo tiene en Argentina, país en el que explora la mina Alumbrera.