Compartir:

El gas que se produzca en la planta regasificadora que se construye en Cartagena servirá para garantizar la demanda de las térmicas que se encuentran en la Costa Caribe y su precio, que podrá estar entre los 6 y 9 dólares, podría ser la variable para definir el precio de escasez.

Así lo afirmó el director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras, Andeg, Alejandro Castañeda, quien sostuvo que a pesar de que entre en operación la planta regasificadora de gas licuado importado, sigue vigente el riesgo de tener un precio de escasez muy bajo en mercado.

'Lo positivo es que esta planta garantiza el suministro disponible para atender las necesidades de tres plantas térmicas ubicadas en la Costa Caribe que son Termobarranquilla, la más grande del país, Celsia y Termocandelaria', señaló.

El dirigente gremial dijo que actualmente la situación de las térmicas del país no es la mejor y que entre el último trimestre de 2015 y el primer trimestre de 2016 tuvieron una pérdida neta de unos $730.000 millones.

Entre las soluciones de corto plazo que plantea el sector está la solicitud de que el Gobierno Nacional revise el precio de escasez, usando variables y combustibles que se consumen en el país, estas pueden ser el gas importado o el diésel que consumen las plantas del interior.

'Esta situación es compleja y estamos a la espera de la respuesta del Gobierno', señaló.

Indicó que se les ha informado que la Creg presentarán en octubre una propuesta formal.

Embalses bajos. El director ejecutivo de Andeg sostuvo que el nivel de los embalses en el país está entre 55% y 57%, porcentaje que se puede considerar bajo teniendo en cuenta el actual periodo del año.

'No ha llovido lo suficiente en el país en los últimos cuatro meses y normalmente lo que se espera es que en noviembre el nivel de los embalses esté de 65% hacia arriba para tener un verano tranquilo, con reservas de agua suficiente', señaló.

Castañeda explicó que en el país no está lloviendo lo suficiente y que el nivel de lluvias ha estado por debajo del promedio histórico, lo que no ha permitido que los embalses se llenen al ritmo esperado.