Al entrar a la feria Agroexpo Caribe se respira un aire de campo. Una casa prefabricada de tejas color café da la bienvenida al Centro de Convenciones Puerta de Oro, que ha sido perfectamente modificado para todas las necesidades de los organizadores del evento.
En los stands se celebran todos los aspectos de la vida en el campo, desde productos lácteos, camionetas, tractores hasta técnicas de inseminación y tecnología para el regado de cultivos.
El evento está dividido en dos pisos. En el segundo se hallan las competiciones y los stands mientras que en el primero están los corrales del ganado.
El SEGUNDO PISO
Entre las actividades de la feria se adelanta un proceso que apunta a obtener el estatus de marca colectiva para el queso costeño.
Ilba Burbano, investigadora en gestión ecológica y agroindustrial de la Universidad Libre en Barranquilla, explica que si al queso típico del Atlántico se le designa con una marca colectiva en el mercado, aún al ser exportado a otros países, 'el consumidor tendrá la certeza de que contiene elementos característicos del lugar de procedencia, del modo de fabricación y de otras propiedades comunes que aplicarían los miembros de la asociación productiva'.
El proceso surgió a raíz de las intoxicaciones con alimentos causadas por el consumo de productos elaborados con poca higiene. El queso figuró entre los derivados lácteos de mayor demanda en la canasta familiar con alto riesgo de contaminación por ser fabricado de forma artesanal, sin aplicar las normas de calidad vigentes.
Muy cerca al stand de la iniciativa del queso costeño hay un pequeño corral con chivos para que tanto niños como adulto se acerquen. Los animales están acostumbrados al tacto de personas e incluso lo buscan, lo cual invita especialmente a los de menor edad a interactuar con ellos.
Uno de los asistentes más jovenes mira a los chivos.
Entre los jóvenes está María José Gallego quien está acompañada por su padre Alejandro Gallego. Esta feria sirvió para el reencuentro de ambos, ella vive en Cartagena con su madre mientras él trabaja en un banco en la ciudad de Bogotá. 'Me gustan mucho los animales y aproveché para traerla a ella para que también los conozca y los disfrute', cuenta el hombre mientras su hija acaricia a un chivo blanco que se le acerca.
El plato fuerte de la feria son las competencias. Hay un corral de 40 metros de largo por 20 de ancho, acondicionado con una arena espesa. En los lados norte y oeste hay palcos para que todos los propietarios y criadores alienten a sus ejemplares.
En el sur está toda la producción del evento: jueces, organizadores y el equipo de presentación del evento, y hacia el otro lado están las gradas para que todos los asistentes puedan sentarse a apreciar a los concursantes.
Al escuchar el aviso del locutor, una organizada fila de más de 10 animales con sus respectivos conductores salió al escenario:
Los aspectos principales a calificar en el ganado hembra participante son: balance en musculatura, grado de feminidad y suavidad al caminar.
Por su parte, los machos son evaluados en grado de masculinidad, condición corporal y habilidades reproductivas.
A semejanza de una pasarela de modas, se da inicio al desfile. En esta primera categoría, los machos brahman blancos de 12 a 13 meses comenzaron a pasear en el escenario para disputarse el título de Campeon Menor. Cada uno de ellos salió a pista de acuerdo al número colgado en el pecho y espalda de su conductor.
Cada concursante lleva un número tatuado en su piel desde su nacimiento, además del nombre de la hacienda a la que pertenece.
Con los tres jueces correspondientes ubicados frente a los toros sus cuidadores los acarician para generarles cosquillas con sus varas de mando, alentándolos para lograr su mejor postura y así encantar a los juzgadores con sus características especiales. Luego de casi 15 minutos de análisis, el locutor recibió el resultado oficial y se dispuso a dar el veredicto.
Los jueces reconocen al ganador por su identificación: 854/5. Su cuidador le dice 2R.
Los aplausos emocionados se pueden escuchar desde uno de los palcos, el dueño y ganador alza las manos. Cuando uno de estos ejemplares es premiado, el precio del animal sube en una suma importante, así como también el prestigio del criadero.
Una vez un animal es nombrado ganador, el juez designado toma la palabra y explica al público por qué dicho ejemplar fue escogido por el grupo calificador como el mejor de la categoría.
'Sus costillas son de un ancho ideal y su caminar es tranquilo', explicó Juan Carlos Echeverry, con un marcado acento paisa. Él ha estado encargado desde hace 6 años de anunciar, tal y como lo haría un comentarista en un partido de futbol, a todos los participantes al evento.
'La labor principal mía es informar, transmitir lo que pasa en pista para que la gente en las tribunas lo perciba. Yo me he caracterizado por hacer siempre un trabajo muy profesional, no llegar a las chabacanerías. Hay que imprimirle un poco de emoción, la gente vibra y uno es parte de eso', cuenta Echeverri.
'Lo ideal, en mi caso, es ser sobrio porque eso le da seriedad y estatus al evento', finaliza Echeverri.
Un lazo decorativo con el numero uno es colocado a través del cuello del toro, que atraviesa el umbral de vuelta a su corral de primera, los perdedores detrás caminan a paso lento junto a sus acompañantes.
EL PRIMER PISO
Todo quien quiera apreciar a los animales desde más cerca puede bajar al parqueadero del lugar, el cual está ambientado para recibir a los más de 2.000 ejemplares que vinieron desde diferentes partes del país para concursar en la feria.
Entre las viajantes está ‘La Morocha’. Una brahman hembra de un color café oscuro que se halla reposando en su corral. Iba a concursar en el evento de los 24 meses, sin embargo tuvo un percance. Uno de los requerimientos para todas las concursantes de esta categoría es estar embarazada. ‘La Morocha’, quien viajó desde Girardot para mostrar sus atributos ante los jueces y asistentes al evento, sufrió el viaje especialmente, los nervios y el movimiento causaron la pérdida de su cría.
Su cuidador, Silvio Gómez, cuenta tranquilo desde su hamaca que: 'esto pasa no pasa mucho pero a veces los animales no aguantan los nervios y tienen abortos. Ya para la próxima competencia está lista'.
Luis David Padilla tiene 22 años y desde hace cinco, cuando llegó por casualidad a la hacienda Santa María, declaró su amor a primera vista por el campo y los animales. Su compañero, ‘Jorgito’ -como lo llama cariñosamente-, descarga baldados de comida en los tanques cortados a la mitad en donde los animales se alimentan. Este alimento está compuesto por silo de maíz, concentrado de leche, torta de soya, heno picado, bicarbonato y una pizca de sal que les dan siete veces al día a las competidoras.
Luis David y ‘Jorgito’ viajan por toda Colombia para participar en las ferias agropecuarias que se realizan en las diferentes regiones del país. Hasta 12 horas en carretera han recorrido para concursar en importantes certámenes nacionales. 'Dormimos y nos despertamos con ellas, son como unas bebés a las que les damos un cuidado muy especial'.
Por estos días se alojan en una improvisada habitación en los establos construidos en el nivel de parqueaderos. Allí cuelgan sus hamacas y levantan tiendas para acampar, lavan su ropa y comen junto al ganado.
Al caminar por el establo se puede ver un hombre, sus hijas de 4 y 8 años lo arrastran por cada una de sus manos. Carlos Diaz es un veterinario nativo de Bogotá, sin embargo vive en la ciudad desde hace varios años. Cuenta que trajo a sus hijas a la feria porque 'soy de familia campesina entonces quiero que ellas conozcan el campo y les guste, que vean de donde es que salen los alimentos'. Sus hijas preguntan por los cachos, colores y razas de cada vaca y toro que ven, pero al ver los caballos se quedan por un instante perplejas.
Álvaro Barrera llegó desde Cartagena con su esposa, Olga y su hijo Martín. Su negocio familiar es la ganadería y por esto Martín está familiarizado con todos los animales a tal punto que se les acerca y los toca sin ningún miedo. El animal que más le gustó fue un pony que se hallaba amarrado a una de las rejas.
Al volver a subir por las escaleras al primer piso se ven los animales que alistan para la siguiente competencia, las cuales se llevan a cabo durante todo el día en las diferentes razas y sexos.
La feria estará en Barranquilla hasta el día de hoy. Para el gran cierre se llevará a cabo la parada de campeones. En esta última competencia competirán todos los ganadores y se decidirá el ganador de toda la feria, sin importar animal, raza o género.